Es una opción facilísima y de los más fresca: hazte con una camiseta bien grande, y póntela a modo de vestido. Si no sabes qué hacer con esos horribles t-shirts de publicidad que regalan con bolsas de patatas o revistas de actualidad, no las tires, no se las regales a tu padre o no te las pongas como pijama: customízalas y sal con ellas a la calle.
Si de esa camiseta que tenías vista antes de rebajas ya solamente queda la XL, nos sufras, cómprala igualmente,
le puedes agrandar el cuello cortándolo y así dejar que caiga sobre tu hombro, le añades un cinturón fino, un pañuelo, unos buenos pendientes, un sombrero, y un gran bolso, y ya tienes uniforme de verano,
¿te atreves?
Fotos | people
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