Sin apenas tiemo para reponerse del estreno en Los Angeles de Vicky, Cristina, Barcelona, en el que por cierto, volvía a brillar muy por encima de las demás (lo de Scarlett Johansson y su vestido color pasión de Monique Lhuillier, no tiene nombre, bueno sí lo tiene, pero es mejor callar), Penélope Cruz aterrizaba en Nueva Yok para asistir a la enésima presentación de Elegy, maravillosa película en la que hace un papel excepcional
yo llevo un lío con esto de las premières que no me aclaro, debe ser que ahora se estrenan las películas en función de las agendas de sus estrellas protagonistas, porque sino no me lo explico, el caso es que a pesar de que en España hace muchos meses que podemos verla en en los cines, a los Estados Unidos llega ahora, y con ella, Pe, maravillosa, sencilla, discreta, y siempre adecuada;
sin colorines, ni floripondios, ni faldas cortas; de negro, con un vestido bustier de corte milimétrico con abertura delantera y largo hasta los pies, y una casaca con acabado en grandes volantes de tul y botones dorados, de Chanel Haute Couture, y clutch de Chopard; ¿aburrida? No. Elegante.
Fotos | people
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