Ayer veíamos a una Cameron Diaz sencilla y estupenda junto al mucho más estupendo que ella: Ashton Kutchner, presentando ante los medios de comunicación nipones su película Algo pasa en Las Vegas, y digo yo que en Las Vegas no sé si pasará algo pero dónde seguro que pasa es en Tokyo, dónde las películas llegan con exceso de retraso.
El caso es que más vale tarde que nunca, y el público japonés, tan cortés como enfervorizado, bien se merece que las películas se estrenen como el emperador manda: con sus estrellas de carne y hueso paseando palmito por la red carpet;
y si por la tarde esta mágica pero fictícia pareja de guapos estaba sola ante el peligro, por la noche rompía el dúo la tercera en discordia: la no menos atractiva Demi Moore, flamante mujer del jovenzuelo Kutchner, y que no es que sea precisamente una Melanie Griffith cualquiera, pero que con tanta tierra de por medio, es mejor estar atenta...
Diaz elegía para la ocasión un diseño de Fendi, el mismo que la vestía para la rueda de prensa, pero esta vez el vestido era algo menos sencillo y llano; en blanco, y de efecto abullonado, que combinaba con unos preciosos zapatos en rosa palo de Sergio Rossi;
Demi Moore, algo más oscura y cediéndole todo el protagonismo a la anfitriona, se decantaba por un discreto modelo de Lanvin en tonos grises.
Fotos | fadedyouth, style
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