Siempre se establecen relaciones curiosas entre el largo de las faldas y las crisis económicas. Cuanto más largas son las faldas, mayor es la crisis, según teorizan los expertos. Pues bien, al igual que en los años 40, después de la Segunda Guerra Mundial, los diseñadores han optado por alargar los bajos de las faldas hasta media pantorrilla. Es decir, la crisis es oficial (por lo menos, los diseñadores se han dado cuenta antes que el gobierno).
Pero en un periodo de penurias económicas no tiene porque ser poco glamouroso. Los sombreros tipo casquete, las estolas de piel alrededor del cuello , los guantes largos y las telas lujosas como la gasa o el cuero nos trasladan a los años 40 y dan elegancia a los modelos.
Se han apuntado a este estilo Michael Kors, con sus trajes de oficinista recatada, Donna Karan, con una paleta de colores otoñales sobria pero muy elegante, o Diane Von Furstenberg, con sus abrigos de tweed, sus blusas con lazada y sus cardigans con cinturón. También Marni, Missoni, Paul Smith, Dolce & Gabanna o Vera Wang apuestan por este look eternamente elegante.
Para la noche, los vestidos largos se vuelven elegantes y dignos de las mujeres fatales que protagonizaban en los años 40 las películas de Hollywood. Telas de gran caída como el satén y guantes hasta el codo, combinados con melenas onduladas y perfectamente trabajadas nos harán parecer a Rita Hayworth, como en el desfile de Juanjo Oliva.