Esr prácticamente imposible seleccionar, porque Milán da muchísimo de sí en lo que a street style se refiere, y no por porque se trate de una ocasión especial, si el mismo repaso lo hiciéramos fuera de la Semana de la Moda el resultado sería igualmente espectacular, porque si algo grande tiene esa ciudad gris y triste hasta consumir, es el estilazo de su gente.
Ellos y ellas ponen la nota de color y el aire alegre a lo que de otra manera no tendría solución, y sea por lo que sea, porque son coquetos por naturaleza o porque les gusta aparentar, se convierten sin quererlo en el mejor escaparate mundial.
Esta madre y esta hija, son la mejor prueba de ello y ocupan el top uno del ránking de estilismo milanés, porque no, no son un anuncio de Comptoir des cotonniers, aunque podrían serlo perfectamente; lo que sí son, es el fiel reflejo del saber vestir made in Italy.
En el número dos esta chica tan estupenda que es capaz de hacer de una minifalda vaquera una prenda exquisita: no se me ocurre mejor idea que combinarla con una sencilla camisa blanca y un blazer azul. El detalle de las botas con flecos en gris marengo es la guinda final para un perfecto look de transición: es decir, que se resiste a dejar el verano pero que tiene pie y medio puesto en el otoño/invierno.
El número tres es para la sobriedad chic en negro. O cómo hacer de los temibles leggins tu mejor y más sofisticado aliado. Osea nada de botas o plataformas, uno exquisitos pumps con lazo, blusón al gusto y blazer algo grande. Un 9.5.
El cuarto puesto es para alguien que sabe llevar el baggy pant. Más bien el estilo harem cien por cien hecho mono (matando así dos pájaros de un tiro). En color gris pálido, con chaleco, y mary janes de piel.
La mit de la tabla la ocupa el color, esta chica que posa encantada para que se vea retratado que ha entendido una de las claves del invierno, o mejor dicho, dos: que se llevan los colores entre malva, cereza, y morado, y que se lleva mucho muhcísimo el estampado tipo Paisley. Ah, y los zapatos con flecos (aunque a mí con lo e las sandalias con medias no me acaba de convencer).
El sexto puesto es para la lana. Porque esta señorita se ha hecho con una de esas chaquetas que uno nunca se arrepiente de comprar, de esas que abrigan una barbaridad y que se pueden llevar con todo.
La séptima posición vuelve al negro y al mono: es para este look perfectísimo a base de mono camisero con cinturón incorporado, cárdigan y zapato se salón.
La octava plaza es de nuevo para el blazer, esta vez, muy informal con jeans pitillo negros y ajustado a la cintura con un cinturón cualquira que no va abrochado sino atado con un nudo. Me encanta el toque desenfadado de llevarlo arremangado y con camiseta que no camisa.
El noveno puesto es para una de mis gurús de estilo preferidas: Giovanna Battaglia, de la que ya os hablé hace un tiempo. Siempre va impecable y tiene un estilo muy italiano: atrevida pero siempre correcta.
La décima plaza es para esta mujer tan sumamente elegante y excelsa que demuestra que a partir de los sesenta una puede lucir mucho mejor que a los veinte.
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