Decepción. Así es como me siento tras ver la colección de Chloé primavera-verano 2009. Por mi seudónimo ya sabréis que soy una gran fan de la firma, y tenía una gran expectación por ver el primer desfile de Hannah MacGibbon (que trabajó mano a mano con Phoebe Philo cuando Chloé hacía unas colecciones fabulosas).
Pero no era esto lo que yo esperaba, no sé que sentiréis vosotros al respecto. Sí que es una colección femenina y romántica (marca de la casa) y la paleta de colores es divina: lima, beis, crema, verde y melocotón (exactamente los colores que se utilizan en el packaging de sus prendas),
pero las telas me parecen excesivamente toscas, los volúmenes en brazos y el corte en pantalones no son muy favorecedores (las pobres modelos parece que van en pañales), la largura de los vestidos se queda en tierra de nadie (exactamente por la rodilla), y los cortes en ondulados de las chaquetas y los culottes me resultan excesivamente cursis.
A falta de ver la colección de bolsos (en pasarela sólo han aparecido 2 o 3 modelos), que suele ser uno de los fuertes de la marca, nos quedaremos con las sandalias, elaboradas con poca tela, utilizando cintas que sujetan los dedos y el tobillo, en colores fuertes como el verde y el amarillo, con un delicado cierre en forma de lazo y que por primera vez en la pasarela de la próxima primavera-verano no llevan plataforma.
Ver 4 comentarios