Creí que iba a ser mucho más difícil elaborar una lista de las mejor vestidas de los Grammy 2009 a juzgar por la fiesta previa, pero mi sorpresa ha sido fuertemente grata y si bien los BAFTA han deslucido un poco su alfombra roja, el nivel no ha sido tan bajo como me esperaba (a ver si coincidís conmigo).
Gracias a Gwyneth Paltrow mezclar el oro con la plata nunca resultó tan recomendable, y es que su minivestido de lentejuelas de Versace primavera-verano 2009, que ella customizó a modo invernal con unas medias tupidas y brillantes, me parece una de las elecciones más acertadas, porque en una gala donde la mayoría de invitadas tira de gown prestado, ella se construye un outfit de esos que podría casi llevar a una cena informal y no desentonar demasiado.
Versatilidad, eso es lo que me gusta de los looks red-carpet.
El cardigan de Burberry Prorsum que llevaba en el backstage (ay esa climatización…) le daba el puto informal perfecto (soy muy fan de ponerse prendas de punto o blazers con vestidos de gala para quitarle hierro al asunto).
¿Y qué me decís de sus sandalias? Si ayer a Paris Hilton se le iba la mano con los brillos, Paltrow, a pesar de no quedarse corta, consigue no deslumbrar para mal.
De esto que voy a decir a continuación no sé si me voy a arrepentir o no, pero yo que soy muy de primeras impresiones, cuando he visto a Kate Perry con este elaborado vestido rosa no he sentido rechazo (ni ganas de nominarla para el HdB), al contrario, lejos de parecerme empalagosa ( y el gown, por el color y el rosetón trenzado frontal, tiene todos los números) me ha parecido que está...¿guapa?
El vestido, firmado por un compatriota de Elie Saab, Basil Soda, le va mucho, a ella le gusta ir recargada y hacer de cruce entre Dita Von Teese y Hello Kitty, y esta vez la prenda la acompaña, que es de lo que se trata. ¿Qué os parece a vosotros?
Jennifer Hudson era otra de las mejor vestidas de la gala, y es que de los dos looks que lució, dentro y fuera del escenario, estuvo muy comedida y favorecida, no optó por ponerse algo espectacular que le quedara mal, sino por algo discreto y muy bien avenido con sus curvas, como el vestido tricolor con fajín de RM by Roland Mouret.
A esta chica es la primera vez que la veo, y me dicen que se llama Jennifer Nettles y es cantante de country, y su minivestido negro a base de corpiño embellecido y escote corazón, firmado por Rachel Roy, me recuerda a esos maravillosos vestido de Preen con los que nos deleitó la mujer de Chris Martin (Gwyneth) el año pasado.
Letoya Tuckett, la cuarta Destiny’s Child en sus inicios, para pertenecer a uno de los gremios de las peor vestidas, llevaba un vestido bastante decente y acorde a su juventud, perfecto para su tono de piel, que combinaba perfectamente con un bolso de mano de pitón y unos bonitos pumps verde agua.
En el apartado de peor vestidas, y ahora os tiraréis a mi yugular, no voy a incluir a M.I.A y su Manish Arora primavera-verano 2009 indescriptible (aunque me encantan sus Gola by Lacroix, en otro contexto, claro), porque ella es como Bjork, como se diría coloquialmente, “para echarla de comer aparte”, vamos, que juega en otra liga, tiene un estilo muy muy particular donde no hay tendencia que valga y eso la inmuniza ante cualquier tipo de crítica: es coherente con ella misma y no pretende vestir de quién no es, no se la puede cortar por el mismo patrón que a las demás.
En cambio Zooey Deschanel sí merece una buena colleja porque mira que es difícil destrozar cualquier propuesta de una de las mejores colecciones de este próximo verano, la de Luella, pero ella lo consigue: aquí media no, por favor, que esto no es un bautizo. Este vestido requiere un toque mucho menos formal, más divertido, e incluso repipi (sin pasarse), y Deschanel lo ennegrece y lo vuelve completamente aburrido.
Otro punto negativo se lo doy a Kate Beckinsale, porque el vestido negro de Reem Acra que se marcó resultaba un poco sobreactuado para la ocasión, estaba fuera de lugar, y a esto me refería antes con lo de los gowns, que el éxito de un look no reside solamente en la espectacularidad de un vestido, sino es su adecuidad.
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