Que Natalie Portman es guapísima. Es tan indiscutible como que es buena actriz. Pero en cuestiones de estilo pega unos patinazos importantes. Porque a la premieres suele ir guapísima, casi siempre de Lanvin, y en tonos vivos. Como en el estreno de Brothers en Nueva York ayer por la noche. Al que acudía con un minivestido de volantes en el escote en tonos entre azulones y malva, de Jason Wu, con clutch satinado en color moscatel para romper.
Hasta aquí bien, muy mona en teoría. Porque el look en sí no me entusiasma.
Me gusta más como lo complementa el diseñador en pasarela. Por no decir que me quedo con el modelo de la misma colección que elegía recientemente Alexa Chung en los premios CFDA/Vogue.
Pero, ¿y el estilismo que escogía para acudir a la première de Crepúsculo Luna Nueva? Natalie lleva tiempo fuera de la cancha de las fiestas y las apariciones públicas, y creo que ha perdido fuelle y potencia a la hora de destacar en el vestir. Botas de mosquetero sí, y tonos grises también. Pero con un poco más de alegría y espíritu rompedor.
Me parece que su página de producto la estreno con un voto más mediocre que destacado.