La gala de los premios ESPY ha caído bastante de nivel este año. El año pasado vimos grandes rostros como Miranda Kerr y Demi Moore, y en cambio durante esta edición han sido más famosas de segunda que no ya saben a qué fiesta ir con tal de aparecer en algún medio. El estilo de todas las invitadas fue el punto muy flaco de la ceremonia.
Menos mal que entre todas ellas apareció January Jones con un look impoluto, como siempre nos tiene acostumbrados. Esta vez compartiendo el escenario con un elegante Zac Efron, a quien le están sentando los años que da gusto. Quién le ha visto y quién le ve ahora…
January Jones eligió un magnífico vestido blanco corto perteneciente a la colección Otoño-Invierno 2010/2011 de Versace que completó con unos zapatos negros de tacón. Esta mujer tiene un estilo de los que nunca fallan. La mejor vestida de la gala. Es más, casi la única bien vestida de la misma.
Ashley Green también intentó mostrarse elegante de la mano de un vestido de Versace rojo, sin mangas y con cuello, pero falla a la hora de saber transmitir el estilo necesario que requiere un vestido como éste.
Respecto a Emmanuelle Chriqui casi sería mejor no comentar nada, pero hay que hacerlo: no se puede llevar peor un BCBG Max Azria. ¿Estilo? Esta mujer aún no sabe ni lo que eso significa, y eso que el vestido podía ser perfecto.
Por su parte, Marisa Miller debió salir de una sesión de fotos de las suyas y se fue directamente a la alfombra roja a seguir paseando curvas, aunque le queden ya pocas (está delgadísima). Ni un diseño de Alexander Wang levanta su estilo.
Pero la perla del día fue a parar a Amber Rose, quien siempre busca dar la nota, esta vez con un diseño de Natalia Romano.
Una gala para olvidar.
Fotos | Zimbio