La semana pasada la Semana de la Alta Costura en París llegó a su fin en la cual se sigue aplicando la máxima de “si funciona, no lo toques“ de la que ya habló el año pasado mi compañera Di Por Dior. Luces y sombras, expectación frente a desilusión. De una manera u otra, los mejores looks de cada desfile siempre aparecen, ya sea por méritos propios o por detalles puntuales en una media básica.
Alexandre Vauthier
Escuela clásica para Alexandre Vauthier en una colección que a mí no me despertó interés alguno con más vestidos de fiesta que olvidaría frente a los que escogería. El buen gusto por el hombre y una sensualidad con dorados sí dejó excepciones.
Alexis Mabille
Alexis Mabille es sinónimo de vestidos llamativos con pocas excepciones para un largo corto, menos aún para los trajes. Gusto excesivo por el raso y los colores excesivos. Los tocados en forma de flor fueron su nexo de unión.
Bouchra Jarrar
Más propio de una colección ready-to-wear que de una pasarela de alta costura, Bouchra Jarrar evitó los grandes vestidos y cuando apostó por ellos tampoco pecó en exceso.
Chanel
Es curioso que en un momento en el que todas las tendencias valen y la moda tiene tantos frentes como un queso gruyer agujeros, Chanel siga dando palos de ciego. Desilusión por ser de las más grandes y más populares ante vestidos con el quiero y no puedo.
Christian Dior
El manido debate de la continuación de John Galliano sigue eclipsando cualquier intento de Christian Dior por pasar página. La revisión se mantiene en los tiempos revueltos y el New Look como la columna a la cual agarrarse. Pese a todo: la firma francesa sigue pagando en exceso los palos que otras casas no reciben con colecciones peores.
Christophe Josse
Años 20 eficaces y vestidos que no emocionan pero cubren el expediente. Christophe Josse, mejor en los vestidos cortos hasta la rodilla que en los largos.
Elie Saab
El romanticismo está bien, da una visión de la mujer que me gusta frente a tanta moderna confusión de sexos, solo que con Elie Saab hay que tomárselo todo en pequeñas cantidades y con calma. Es el Paulo Coelho de la Alta Costura para mí.
Giambattista Valli
De los nuevos y de los que más me transmiten. Quizá por esa frescura y novedad. De una u otra forma Giambattista Valli es el ejemplo perfecto de que se puede hacer una colección extensa (la suya es una de las que más salidas tuvo), femenina y sin necesidad de ser excesivo. Gusto por el negro en sus distintas versiones y con la guinda en los vestidos más vistosos.
Giorgio Armani Privé
La modernidad y el futurismo es para Giorgio Armani Privé una época a base de reptiles y de colores en neón. Da la casualidad que yo soy contrario a ambas tendencias, por lo que esta última colección de los italianos no fue de mis favoritas (las han tenido mejores) y pese a todo me quedo con algunos de los diseños más elaborados con la simetría perfecta de los estampados animales y de los elaborados diseños en vestidos de una sola pieza.
Givenchy
¿Qué hay más de alta costura que un gimnasio propio de la antigua URSS? La respuesta la da Givenchy y Riccardo Tisci. Estoy seguro que si tuviese que imaginarme a una heroína sensual sería algo así. Stella Tennant inclusive.
Jean Paul Gaultier
Pese a estar en contra de la divinización de Amy Winehouse como mito de estilo, me gustó ver cómo Jean Paul Gaultier sorprendió con un homenaje a la última joven estrella caída en combate por su mala vida. Una visión acorde al creador francés que incluso llegó a subir a escena una cazadora de béisbol. Al igual que otras “divas” de la moda van a estos desfiles en vaqueros aquí aparece lo deportivo. ¿Las quejas de la familia de la fallecida? Un jardín que no es el mío.
Maison Martin Margiela Artisanal
Pese a que me repito más que el ajo, de toda la Semana de la Alta Costura en París si tuviese que quedarme solo con un nombre lo haría por Maison Martin Margiela Artisanal. Una visión al margen de pomposas alfombras rojas, de cualquier intento comercial más básico o de archivos revisitados hasta la extenuación. Solo por este abrigo que bien podía dar vida a un cuadro de Klimt ya hace que sea mi favorita.
Valentino
Una visión dulce, inspirada en el romanticismo del siglo XVIII y en la continuación de las últimas propuestas de Valentino. Las princesas tendrán su look soñado.
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