La expectación del desfile de Alta Costura de Dior siempre es alta, más cuando las puestas en escena son ya casi tan importantes como las propias colecciones. El número 30 de la Avenue Montaigne se ha convertido en el lugar elegido por la casa francesa para presentar la colección de Alta Costura para el próximo Otoño-Invierno 2019, pero hoy estaba más oscuro que nunca. Las paredes eran negras y las raíces de los árboles ficticios que acompañaban la escalinata central se distribuía por toda la sala.
A simple vista era mucho menos llamativa que en otras ocasiones, pero como hemos dicho en otras ocasiones lo importante son las prendas.
El negro ha sido prácticamente el único protagonista de la propuesta de Maria Grazia Chiuri, un color sumamente elegido por el público que esconde más que enseña. El gran trabajo que tienen estas piezas no lucen tanto y la continuidad del mismo tono en casi todas las prendas han provocado aburrimiento en algunos momentos.
Volvemos a ver las mismas siluetas que siempre, con pocas novedades, algo que ya es habitual en la casa Dior. Pero no podemos olvidar que los colores, estampados y detalles han conseguido elevar a más la colección, como por ejemplo la última colección crucero celebrada en Marrakech.
Are clothes modern? Este era el mensaje que podíamos leer en la primera salida, un total look blanco que se caracterizaba por la sobriedad del mismo. A partir de aquí no podemos dejar de admirar el gran trabajo con el cuero y las plumas. Los vestidos de tul se vuelven a convertir en protagonistas, aunque no son los que más brillan, en esta ocasión nos quedamos con los gofrados en degradados de rojo y beige.
Aunque si nos tenemos que quedar con algo, tristemente elegiríamos las joyas que en esta ocasión han brillado más que nunca con escarabajos bañados de oro y perlas salvajes. Al tener el negro de fondo han tomado todo el protagonismo posible.
Fotos | Imaxtree
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