"Si funciona, no lo toques". Con esta máxima podría resumirse a la perfección lo que ha sido la última semana de la Alta Costura en la que las marcas que han seguido apostando por sus "grandes éxitos" han salido airosas del lance mientras que las que han apostado por el cambio: de diseñador, de estilo, de rumbo… han tenido desiguales resultados.
Dos han sido las principales novedades. Por un lado el triunfal retorno de Azzedine Alaïa, en la que demuestra su maestría con una colección en la que sobresalen los abrigos, esos grandes olvidados por muchos diseñadores, en los que da rienda suelta a esos volúmenes que son ya casi marca de la casa y en los que la cintura asume todo el protagonismo.
Valli se estrena en la Alta Costura
La segunda novedad ha sido el debut en la costura de Giambattista Valli, que poco a poco va asentando su nombre. Su primera colección no supone ninguna revolución y son perfectamente reconocibles sus grandes filias que desde su etapa en Ungaro marcan sus diseños: su preferencia por el blanco y el negro, las flores en volumen en las prendas o el print animal. Pero sí marcan un camino de lujo y detalle que el prêt-à-porter no puede permitirse y para el que Valli está realmente dotado.
Givenchy apuesta sobre seguro
Dos de las colecciones menos sorprendentes pero no por ese motivo menos reconocidas fueron las de Givenchy y Armani. Tisci retoma la línea que inició hace dos temporadas y presenta una colección muy continuista tanto en lo que se refiere a la línea como al estilo de la presentación con las fotografías de Willy Wanderpierre con las modelos de frente, espalda y en grupo. Y aunque para algunos pueda resultar monótono y tener la sensación de estar oyendo siempre la misma canción, a otros nos resulta sorprendente como se pueden desarrollar diferentes inspiraciones partiendo de prácticamente los mismos mimbres.
Otro guiño a Oriente
Armani también vuelve a beber en una de sus principales fuentes: Japón. En esta ocasión quiere rendir homenaje al país sacudido por un terrible terremoto el pasado marzo y lo hace llevando a su terreno algunos de los iconos más representativos de la vestimenta tradicional japonesa como los obis, la seda pintada, las amplias mangas y faldas que hacen caminar a las mujeres como geishas debido a su tremenda estrechez.
Alta Costura para hombre
Gaultier, además de inspirarse en uno de los temas más recurrentes de esta temporada, la película “Cisne Negro”, hace también un homenaje a Madame Grès, la exposición de moda estrella de la temporada en París (y en la que también reconoce haberse inspirado Alaïa), aunque lo que realmente llamó la atención fue la abultada presencia masculina en su desfile, motivada por el lanzamiento de su nuevo perfume masculino “Kokoriko” y del que será imagen Jon Kortajarena.
Chanel se vuelve oscuro
Pero no todo ha sido continuismo y repetición. Además del fiasco de Dior (del que ya hablamos la semana pasada) Chanel presentó uno de esos desfiles en los que se habla más del decorado y su alto coste, de las luces que tenían los zapatos de las modelos, de las horas de trabajo de las costureras o las vinculaciones peregrinas que Lagerfeld atribuye a cada una de sus colecciones con la vida de Coco Chanel para obviar el rumbo inclasificable que la firma ha tomado desde hace varias temporadas.
Fotos | GTRES, Givenchy