Hoy en día, en las escuelas de Arquitectura de toda España, el porcentaje de hombres y mujeres está igualado. En algunas, incluso, es superior el número de alumnas que de alumnos. Pero, si nos paramos a pensar en grandes nombres de la historia de la Arquitectura, ¿cuántas mujeres nos vienen a la cabeza? Quizá Zaha Hadid... y poco más. Solo ella ganó el Pritzker (el llamado Nobel de la Arquitectura) en solitario, en lo que muchos consideran una prueba más de la invisibilidad histórica de las mujeres en este campo.
Hablábamos hace unas semanas de que la famosa silla Barcelona de Mies van der Rohe... no era solo de Mies van der Rohe, pero que la historia olvidó a Lilly Reich. La exposición Frau Architekt (Mujeres arquitectas) se acaba de inaugurar en Frankfurt para mostrar la obra de veintidós mujeres pioneras en su profesión, pero cuyos nombres son desconocidos para el público general. Y nos preguntamos: ¿quiénes son las principales mujeres que han sido olvidadas por la historia de la Arquitectura?
Sophia Hayden Bennett
Sophia Hayden Bennett fue la primera mujer licenciada en Arquitectura en el MIT, en 1890, y dedicó gran parte de su carrera a luchar por la igualdad entre hombres y mujeres en su profesión. Mientras trabajaba como profesora de dibujo en una escuela de Boston, presentó un proyecto de edificio a un concurso para la World's Columbian Exposition de Chicago y resultó ganadora entre trece participantes. Solo recibió mil dólares como premio, cuando arquitectos hombres recibían por encargos similares unos 10.000.
La historia de Bennett es la de una mujer que sufrió en sus propias carnes los efectos de la discriminación. Sufrió tantas presiones por ser mujer y muy joven (solo 21 años) en el momento de la construcción del edificio que acabó retirándose del ejercicio de la Arquitectura, lo que hizo que muchos se reafirmaran en que las mujeres no tenían cabida en este trabajo.
Marion Mahony Griffin
Si cuando hablábamos de Lilly Reich la considerábamos invisibilizada por la figura de Mies van der Rohe, Marion Mahony Griffin podría ser su equivalente con otro de los grandes nombres de la Arquitectura universal: Frank Lloyd Wright. Mahony fue su primera empleada y una influencia crucial en la creación del estilo Prairie, además de la creadora de las acuarelas que identificamos con la obra de Wright.
Nunca fue acreditada por sus trabajos junto al arquitecto y, cuando este se fue a Europa, fue contratada por su sucesor al frente del estudio, que le dejó el control completo de los diseños. Junto a su marido, se trasladó a Australia para supervisar la construcción de su capital, Canberra, pero tras la muerte de él no volvió a dedicarse a la arquitectura.
Eileen Gray
Considerada una pionera del modernismo y la inspiradora de gran parte de la obra de Le Corbusier, Eileen Gray comenzó su carrera como diseñadora de interiores en París, donde se hizo conocida por sus pantallas de laca de estilo asiático, utilizadas para dividir espacios, en lo que se considera una de las primeras muestras de creación arquitectónica a través de muebles.
Se pasó al campo de la Arquitectura con el diseño de la casa de vacaciones E-1027, en el sur de Francia, que fue muy criticada por su diseño radical, aunque se convirtió en la obsesión de Le Corbusier. Después de esa experiencia, continuó diseñando proyectos, aunque solo dos de ellos llegaron a ser construidos y fueron ambos para su uso propio.
Charlotte Perriand
El nombre de Charlotte Perriand también va unido al de Le Corbusier, aunque no siempre en términos positivos. De hecho, en la carta de rechazo que le envió para entrar a trabajar en su estudio, cuando ella había estudiado diseño de muebles, el arquitecto incluyó la frase: «Aquí no bordamos cojines». Sin embargo, tiempo más tarde, cuando conoció su obra, le ofreció un puesto en el diseño de sus muebles.
Fue Perriand la responsable del diseño de las sillas B301, B306 y Comfort LC2 Grand, aunque su nombre nunca ha figurado acreditado. Su gran aportación al mundo del diseño fue la reducción de los costes de producción, impulsada por sus ideas de izquierdas, que la llevaron a utilizar materiales como madera o caña en lugar del caro cromo, con la aspiración de crear muebles funcionales y al alcance del pueblo.
Jane Drew
Pionera en el modernismo temprano inglés, en la difusión de la obra y el estilo de Le Corbusier y en la reivindicación feminista dentro de la Arquitectura. Durante la Segunda Guerra Mundial, inició un estudio con participación exclusiva de mujeres, en Londres. Posteriormente, colaboró con Le Corbusier en el diseño de viviendas basadas en el ideal de la conciencia social en la India.
Una gran cantidad de su trabajo en el campo de la Arquitectura lo dedicó a la construcción de viviendas asequibles para la población en Inglaterra, África o Irán.
Lina Bo Bardi
Italiana afincada en Brasil casi desde el comienzo de su carrera, tras pasar los años de la guerra en su país natal, su obra ha quedado invisibilizada por la de compañeros de concepciones más futuristas, como Oscar Niemeyer. Una de sus obras más conocidas es el museo de arte Assis Chateubriand de São Paulo, en el que incluyó elementos radicales que no habían aparecido hasta entonces en Brasil.
Bo Bardi consideraba que las personas eran la parte más importante de su trabajo, y prefería que a los ciudadanos les gustara su obra que el reconocimiento mundial. La casa de cristal, su residencia privada, está considerada una pieza clave del modernismo en Brasil. Se dedicó también al diseño de muebles construidos con materiales propios del país.
Anne Tyng
Nacida en China, fue una de las primeras mujeres admitivas en la Harvard Graduate School of Design. Nunca diseñó un edificio propio, pero es una figura prominente en la teoría arquitectónica del siglo XX y se convirtió en la influencia fundamental en los diseños de su pareja, Louis Kahn.
Ha pasado a los anales de la Arquitectura como la musa de Kahn, pero una revisión feminista de su influencia la sitúa más como una colaboradora en la estrategia geométrica de sus diseños, especialmente en uno de los más conocidos, la Kahn City Tower.
Norma Merrick Sklarek
Pionera en muchos aspectos, Norma Merrick Sklarek fue la primera afroamericana en obtener una licencia arquitectónica en Estados Unidos y en ser miembro del Instituto Americano de Arquitectos, además de la primera mujer en tener una licencia en California. Al principio de su carrera, le costó mucho encontrar trabajo debido a su sexo y su raza, a pesar de haberse licenciado en Columbia.
Desde su traslado de Nueva York a California, fue adquiriendo prestigio y llegó a convertirse en directora de un importante estudio, en el que dirigió la realización de grandes proyectos como la terminal 1 del aeropuerto de Los Ángeles o la embajada de Estados Unidos en Tokio. En 1980, fundó Sklarek, Siegel y Diamond, la mayor firma de Estados Unidos formada por mujeres.
Denise Scott Brown
Decíamos al principio del artículo que Zaha Hadid es la única mujer que ha sido premiada con el premio Pritzker en solitario. Solo unas pocas más han conseguido el galardón en conjunto, pero hay casos flagrantemente injustos en la historia del conocido como Nobel de la Arquitectura. El de Denise Scott Brown es uno de los más flagrantes: en 1991, su marido y socio Robert Venturi lo obtuvo, y a ella no hubo siquiera una mención.
Su influencia en el diseño arquitectónico del siglo XX es determinante, especialmente en lo que se refiere a la planificación urbana. Su libro Aprendiendo de Las Vegas: el simbolismo olvidado de la forma arquitectónica se ha convertido en una obra clave de la arquitectura del siglo pasado.
Imágenes | Wikimedia Commons, Palm Springs Art Museum, circArq.
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