Ya estoy de vuelta con la segunda parte de 4 obviedades en cuidados de belleza no tan obvias. Estoy muy contenta de que el primer post sirviera para aclarar dudas de belleza básicas que os atrevísteis a hacer sin complejos. ¡Seguid así!
Si obviamos pasos básicos y elementales, puede que restemos eficacia a un tratamiento o que nuestra piel vaya perdiendo calidad sin adivinar el motivo. Hasta llegar a exclamar: ¡pues claaaaro! puede pasar un tiempo precioso y vamos a remediarlo en lo posible.
Eso mismo me anima a repetir las veces que haga falta que utilizar otra vez el limpiador (sea leche limpiadora o gel exfiliante) después de realizarte un peeling facial no tiene ningun sentido. El exfoliante es mucho más intensivo: limpia más profundamente.
Hablemos de máscara de pestañas y de volumen. Para obtener un buen volumen en las pestañas hay que escoger una que sea de textura cremosa, léase: especial volumen. Y vas aplicando capas hasta que te quede como te gusta. Pero dejar secar la máscara y volver a aplicarla otra vez sólo hará un pegote impresionante en tus pestañas, los grumos no habrá quien los corrija y el resultado visual es: ¿te has desmaquillado los últimos diez días?.
¿Todas las cremas anti-edad son del mismo nivel?. Esto es una división de muchas personas ignoran y es muy importante. Las gamas cosméticas las dividen en dos categorías, incluso tres: primeras arrugas, anti-edad propiamente dicha y pieles maduras. Mucho cuidado con utilizar el escalón superior al que te conviene.
Por último, un comentario sobre los productos anticelutíticos. Los hay que la fórmula no produce ninguna sensación de cambio de temperatura en la piel, los hay que dan calor y la piel se pone al rojo vivo y existen las que transmiten frío. Todas funcionan. Lo único que no funciona es que no seas constante en la aplicación diaria.
Foto | starlights, El jardinero de Bomarzo
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