Desde que asoma el calor no dejamos de encontrar en todas partes planes para ponernos en forma, incluida la operación bikini y dietas de todo tipo, pero el verano también es una buena época para ocuparnos de nuestra mente, mimarla, cuidarla y darle al botón del “reset” en aquellos aspectos en los que necesitemos un cambio o un descanso.
Aquí van 3 planes que te ayudarán a conseguirlo:
Plan 1: Subir la autoestima
El sol, la playa y el bronceado, hacen que nos veamos más guapas y estemos de mejor humor, así que vamos a aprovechar esta predisposición para mejorar las valoraciones que hacemos de nosotras mismas.
La baja autoestima suele asomar cuando nos comparamos con los demás o con una versión idealizada de lo que deberíamos ser, así que la primera tarea para estas vacaciones es detectar cuando estamos haciendo este tipo de comparaciones y no dejarnos llevar por ellas.
De la misma forma también hay que prestar atención y parar todos esos mensajes negativos que a veces nos decimos casi sin darnos cuenta, desde un aparentemente inofensivo “vaya mala cara tienes hoy” hasta sentencias más dañinas como “no sirves para nada”.
Un truco muy fácil que a mí me funciona para evaluarme de forma más positiva, es pensar en alguna persona que aprecio y quiero mucho y decirme las cosas como se las diría a ella. Los seres queridos también se equivocan o a veces lucen ojeras hasta los pies, pero no por eso les machacamos o dejamos de animarlos ¿por qué no tratarnos de la misma forma?
Por supuesto se aceptan autopiropos de todo tipo. Cada vez que tengas la oportunidad dedícate uno y si pasas delante de un espejo ¡sonríe!
Plan 2: Prepararnos para nuevas metas
Aceptarse a uno mismo no implica que todo tenga que quedarse siempre igual, hay algunas cosas que no nos gustan que sí podremos cambiar y en ese caso, nada mejor para sentirnos bien que empezar a hacerlo.
Piensa de forma objetiva en lo que quieres modificar y en qué pasos tienes que dar para poder conseguirlo. Traza un recorrido (si es por escrito mejor) y empieza por el primer paso sin pararte a pensar en lo que vendrá después. Cuando acabes una parte, a por la siguiente y así de forma sucesiva.
Un proceso largo visto en general nos puede agobiar, por lo que es más fácil de llevar si lo afrontamos gradualmente, teniendo claro que estamos en la dirección correcta. Sin prisa pero sin pausa, solo ponerte en marcha ya hará que te sientas mejor.
Plan 3: ¡Aburrirnos!
Es muy probable que a estas alturas estemos ya algo cansadas de la ciudad, la contaminación, el ruido y el estrés. Aun así, si tenemos un rato libre difícilmente lo emplearemos en “no hacer nada”.
Leer, consultar el móvil, ver una película, adelantar trabajo… hacemos cualquier cosa con tal de no sentir que estamos perdiendo el tiempo, pero pasar un rato contemplando el paisaje, mirando por la ventana o simplemente tumbadas en la cama mirando el techo, es bueno para nuestra mente e invita a reflexionar, a soñar despiertas, a dejar fluir las ideas (esto contribuye al plan 2) y estimular la creatividad.
Si además estamos rodeadas de naturaleza, aumentaremos nuestros niveles de endorfinas y nos sentiremos más enérgicas y felices, lo cual nos viene genial también para nuestro plan 1.
Hay personas que prefieren una pequeña descarga eléctrica a pasar 15 minutos en una habitación sin hacer nada, así que no hay que subestimar la dificultad del “dolce far niente”, pero es solo una cuestión de práctica, en cuanto te acostumbras no puedes pasar sin esos ratitos de inactividad de vez en cuando.
Además, nosotras somos valientes ¿a que sí? ¿Qué planes tenéis para resetear la mente este verano?
Fotos | Elle-May Leckenby
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