Poquito a poco los aceites se han ido haciendo su hueco en el mundo de la cosmética tras una temporada en el olvido ya que se consideraban muy pesados, fuertes e incluso demasiado grasientos hasta para las pieles más secas.
Por poner un ejemplo, ya hace tiempo que caí rendida a las maravillosas propiedades que nos ofrecen los aceites esenciales, no sólo porque es una buena solución para las pieles más secas sino porque sus olores y su textura me encanta.
El renacimiento de los aceites para el rostro se debe principalmete a que las casas de cosméticos han mejorado sus productos y sus usos no se limitan únicamente para las pieles secas, ya que otro tipo de pieles también se ven beneficiadas de sus maravillosas propiedades.
Por ejemplo, el aceite del árbol de té está indicado para pieles con acné gracias a sus propiedades antisépticas. Podéis encontrarlo en muchas herboristerías o en grandes cadenas como The Body Shop.
Otro aceite válido para todo tipo de pieles es el aceite de jojoba, con un excelente poder de hidratación, pero sin dejar rastro de grasa, algo ideal para gente con piel grasa o mixta y que podréis encontrar también en cualquier herboristería.
Lo último en aceites para el rostro consiste en aprovechar el poder superhidratante que nos ofrecen los aceites esenciales puros, como el pomelo, la naranja o el vetiver.
Algunas marcas mezclan fase acuosa con fase oleosa como es el caso de Biotherm Elixir Oléo Source para pieles secas. Me gusta mucho este aceite, su olor es maravilloso y te mantiene la piel hidratada todo el día, se agita antes de usarlo para que se mezclen bien las dos fases.
Otro aceite que me encanta es Aromessence Angélique de Decleor, lo mezclo con la crema hidratante pero unicamente unas gotitas ya que es muy concentrado, su olor me recuerda bastante al aceite corporal Huile Tónic de Clarins.
De esta última casa también tengo el aceite facial Huile Santal que está indicado para pieles secas y enrojecidas. Lo cierto es que hidratar sí que hidrata pero las rojeces no las consigue apagar.