Como si todo estuviera perfectamente premeditado la portada de Vogue Turquía nos sorprende con uno de los nombres propios que precisamente más está dando de qué hablar en los últimos días.
El look de Angelina Jolie en la gala de los Oscars no ha pasado inadvertido para nadie, estuviera más o menos acertada o su look convenciese más o menos, consiguió su propósito: ser el centro de la atención mediática, aunque para ello haya necesitado tirar de pierna.
El caso es que cualquiera de sus apariciones públicas son ya motivo de controversia y causa tanta admiración como críticas a partes iguales, algo de lo que ya eran conscientes los responsables de Vogue que guardaban como oro en paño esta portada de su número de marzo.
Una portada realmente fabulosa, más alla de alfombras rojas, vestidos y piernas, aquí lo que tenemos es un rostro realmente bello y una gran obra de fotografía realizada por la pareja Mert Alas & Marcus Piggott, auténticos maestros en lo que a la fotografía en blanco y negro se refiere.
Enfundada en una cazadora de cuero con un toque muy rockero Angelina muestra un look que intensifica las facciones, las cejas se engruesan para recrear más intensidad y dureza a la mirada, al igual que sus ojos que se han maquillado por la línea de agua llegando hasta el lagrimal, un efecto muy felino y que en blanco y negro resalta aún más si cabe.
Los labios también se han intensificado, poco nos importa el color, la finalidad era que resaltasen y aportasen contraste. Objetivo cumplido. Portada perfecta.
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