Comienza el nuevo año, y con él traemos un montón de buenos propósitos entre los que se suele colar el de ponernos en forma. Lo tenemos en mente desde hace tiempo: "este año sí que sí: operación bikini desde enero y llego al verano estupenda". Es un gran objetivo, y el primer paso para lograrlo es, como dijimos la semana pasada, incorporar hábitos saludables a nuestra alimentación. Hoy hablaremos del segundo paso: elegir un buen gimnasio que responda a nuestras necesidades.
Actualmente hay una oferta enorme de gimnasios: el fitness es un sector en crecimiento y tenemos a nuestra disposición multitud de centros con diversas actividades. Desde Trendencias Belleza intentaremos orientaros para que podáis elegir un gimnasio que os ayude a cumplir con vuestro objetivo, ¡vamos allá!.
Paso 1: define tu objetivo
Lo más importante de todo es saber qué queremos conseguir en el gimnasio. Para muchas la respuesta es bajar de peso y tonificar los músculos, aunque no podemos olvidar a aquellas personas que luchan también por subir de peso para tener unas curvas bonitas.
Recordad que el objetivo debe ser realista y concreto: mucho mejor decir "voy a bajar 5 kilos de aquí a junio" que "quiero bajar de peso" (en abstracto). Escribidlo en un papel y poneos pequeñas metas y recompensas por el camino para que el viaje sea más llevadero: ¡funciona!.
Paso 2: restrea la zona
¿Dónde vas a ir al gimnasio: en tu barrio o cerca de la oficina? Sea donde sea, busca todas las opciones que tengas a tu alrededor y haz un listado con lo que te ofrece cada una de ellas: este gimnasio tiene piscina, éste ofrece artes marciales, éste no tiene clases dirigidas... De esta forma puedes hacer una primera criba de los gimnasios según cómo quieras entrenar.
Una vez realizada la primera selección te habrás quedado con unos cuantos gimnasios: es hora de acercarte a conocer personalmente la oferta y las instalaciones de cada uno de ellos. Habla con la persona que este en recepción para que te informe sobre todo lo que necesitas saber: clases, precios, permanencia (ojo con esto: precios muy baratos suelen ir de la mano de permanencias anuales, y no siempre es lo que nos interesa), equipamiento disponible y personal en sala...
Tómate tu tiempo para hacer una visita a fondo al centro e intenta que sea a la misma hora a la que tú irás a entrenar: revisa el estado de las máquinas (¿hay muchas máquinas averiadas? ¿están todas ocupadas o hay muchas libres?), la limpieza del centro (para mí, un must a la hora de elegir un gimnasio es que esté limpio), el estado de los vestuarios (¿cómo funcionan las taquillas? ¿van bien todas las duchas? ¿hay sauna?)... En fin, son muchas cosas a tener en cuenta, así que dedícale un buen paseo.
Paso 3: cuadra tus horarios
En enero todas pensamos que vamos a ir al gimnasio 6 días a la semana (7 si abre los domingos) y vamos a entrenar durante 2 horas cada día: relax, por favor. No digo que no seamos capaces, que lo somos, pero quizás no es la forma óptima de llegar a nuestros objetivos y además nuestra vida social y familiar se resentiría bastante. Una vez más sé realista, planifica y periodiza.
Recuerda que igual de importante que el entrenamiento es el descanso: ir un día sí y un día no al gimnasio es perfecto. Una clase al día está fenomenal y, si eres novata, verás cambios bastante pronto. Lo importante no es machacarse dos meses y luego dejarlo, sino incorporar el hábito del deporte en nuestro día a día.
¿A qué hora puedes ir al gimnasio? ¿Por la tarde después del trabajo? ¿Por la mañana antes de ir a clase? Comprueba qué clases se ofertan en la franja horaria en la que tú puedes asistir y busca las que más te gusten. Si no tienes costumbre de ir al gimnasio es importante que encuentres una actividad que sea de tu gusto para que ir a entrenar no sea un esfuerzo extra.
Paso 4: prueba antes de comprar siempre que puedas
El activo más importante de los gimnasios, aquel con el que se fideliza a los clientes, es el personal humano de las instalaciones. De nada nos servirá asistir a un gimnasio con las bicicletas de spinning más a la última si el profesor que da la clase no nos motiva o no conectamos con él lo suficiente.
Por eso, siempre que puedas, pide que te dejen probar la clase a la que tienes pensado asistir. Si vas a entrenar en sala, ídem de ídem: pide un pase de un día y pregunta al instructor de sala todo lo que creas conveniente: ¿es capaz de ayudarte? ¿te explica los ejercicios de modo que los puedas entender? Los instructores del gimnasio son los que van a guiar tu entrenamiento y son las caras que vas a ver cada día, así que préstales la atención que merecen.
Espero que con estos cuatro pasos os haya ayudado a decidir qué gimnasio escoger para cumplir vuestros objetivos del 2014. Lo más importante: incorporar el deporte dentro de nuestra rutina y, sobre todo, ¡divertirse!
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