A estas alturas de nuestro especial operación bikini ya hemos remarcado en varias ocasiones la importancia al proponernos perder peso de seguir una alimentación equilibrada y practicar ejercicio, aun así sabemos que las tentadoras dietas milagro están por todas partes, por lo que hoy daremos las claves para reconocerlas y no caer en sus redes.
La propia SEDCA (Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación) junto a INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia) ya nos han advertido de que casi la mitad de las dietas para adelgazar no son sanas y es que la promesa de perder muchos kilos en muy poco tiempo casi nunca conduce a nada bueno.
10 claves para ponerte alerta
Si vas a empezar una dieta y tienes dudas sobre su efectividad y posibles riesgos hay 10 claves que la Academy of Nutrition and Dietetics publicó en 2006, traducidas y recopiladas por El nutricionista de la general, que te servirán de señales de aviso para decidirte a hacerlo o no.
Prometen un resultado rápido.
Advierten del peligro que supone consumir uno o más alimentos determinados o no seguir la dieta propuesta.
Realizan afirmaciones demasiado bonitas para ser ciertas. (Si te resulta increíble, haz caso de tu sentido común, seguramente es imposible).
Ofrecen conclusiones simplistas a una materia compleja.
Hacen recomendaciones basadas en un único estudio (Cuando te pones a contrastar la información la mayoría de veces ese estudio o lo han hecho ellos mismos o simplemente no existe).
Proponen métodos y soluciones totalmente opuestos al conocimiento científico y contradicen los avisos de colectivos santarios de reputación comprobada.
Hacen propuestas dietéticas con alimentos buenos y alimentos malos. (Aquí habría que matizar que aunque algunos alimentos hay que consumirlos con moderación, prohibirlos suele tener el efecto contrario a lo que se busca).
Para poder seguir la dieta hay que comprar uno o varios productos determinados que casualmente comercializa quien la propone.
Se basan en hacer recomendaciones, sin haber aparecido nunca ninguno de sus artículos en publicaciones científicas.
Proponen que el mismo sistema funciona para todo el mundo sin tener en cuenta las necesidades y condiciones de cada individuo.
Cumplir cinco de estas características es suficiente para poner en duda un método de adelgazamiento y calificarlo de dieta milagro. Seguirlo puede alterar el funcionamiento de nuestro organismo y acabar llevándonos al mismo punto de sobrepeso de partida o incluso a otro peor por culpa del efecto rebote.
Lo que es bueno para ti ¿Lo es para mí?
Hay algunas pautas que en general, si no se tiene un problema de salud específico, resultan saludables para todos como practicar algun deporte y reducir el consumo de comidas demasiado elaboradas, ricas en grasas saturadas o azúcares refinados. Aun así no garantizan que dos personas vayan a perder los mismos kilos en un plazo de tiempo similar.
Si en lugar de costumbres alimenticias recomendables hablamos de cápsulas, ampollas, restricciones importantes de alimentos, productos “quema grasas”, adelgazantes, sustitutivos, dietas hipocalóricas etc. por muy bien que le hayan funcionado a nuestra compañera de trabajo, no sólo no tenemos ninguna garantía de que actúen en nuestro cuerpo igual, si no que podemos poner en riesgo nuestra salud por no consultar con los especialistas adecuados.
Perder peso en poco tiempo puede traernos varios problemas de falta de hidratación, flacidez o incluso carencias nutricionales. Todo eso en el supuesto caso de que perdamos peso, porque una ingesta de “productos mágicos” o una dieta tan estricta en la que acabamos dándonos atracones incontrolabes puede que no logre mucho más que hacernos eliminar grandes cantidades de líquido los primeros días.
Ya he perdido los kilos de más pero no sé alimentarme correctamente
El inconveniente de algunas dietas milagro es que aunque sí cumplen lo que prometen y consiguen que perdamos una cantidad importante de kilos rápidamente, lo hacen a costa de que comamos muy poco o mal, en base a una dieta que no podemos sostener a largo plazo.
Si tenemos un problema en nuestra relación con la comida y no adquirimos unos buenos hábitos que nos permitan disfrutar y a la vez alimentarnos de forma correcta, una vez terminemos la dieta volveremos a comer de la misma forma que lo hacíamos antes de empezarla, engordando lógicamente ahora igual que lo hicimos tantas otras veces.
Esto nos puede llevar a un auténtico círculo vicioso compuesto de régimenes de adelgazamiento y efectos rebote altamente nocivo para nuestro organismo, por no contar con lo desmoralizador que resulta para nuestro ánimo.
Cuando era adolescente, e incluso algún tiempo después, probé varias de estas dietas y aunque si es verdad que en un par de ocasiones adelgacé espectacularmente en ninguna de las dos conseguí mantener mi peso más allá de unos tres meses, cosa que sí llevo haciendo desde hace varios años gracias a una alimentación saludable y ejercicio regular.
Y tú ¿Has hecho alguna vez una dieta milagro? Cuéntanos ¿Cuál ha sido tu experiencia?
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