Dicen que los ricos también lloran y eso podría aplicarse a las grandes multinacionales. De reconocimiento mundial y presente en 150 países, la firma fundada en 1932 bajo el nombre de Revlon, podría ver el fin de sus días al declararse en bancarrota. Considerada como una de las empresas de cosméticos más importantes del mundo durante las últimas décadas, la semana pasada declaró su quiebra en Estados Unidos.
Presentando una petición para acogerse voluntariamente a la protección de la Ley de Bancarrota de los Estados Unidos, la multinacional tiene el objetivo de reorganizarse para hacer frente a la fuerte subida de la inflación. Aunque ninguna de las filiales operativas internacionales de la marca se ha incluido en este procedimiento, no ha dudado en comentar que esta medida la ha tomado para reorganizar estratégicamente la estructura de capital de la empresa.
Recibiendo la aprobación del tribunal de pedir prestado 375 millones de dólares, Revlon indicó que usará este fondo para reforzar ls problemas de la cadena que a la larga podrían poner en peligro sus ventas de cara a la campaña navideña.
Robert Caruso, director de reestructuración de Revlon, aseguró que la gran mayoría de los proveedores de materias primas de la firma dejaron de mandar envíos y otros exigían el pago de deudas pasadas o depósitos en entregas futuras. Al no tener acceso a las materias primas, Revlon no puede satisfacer las demandas de ventas.
A día de hoy la compañía puede llegar al 70% de los pedidos de los clientes sin retrasos ni cancelaciones -comparándolo con el estándar de la industria que es del 90-95%-. Todo esto ha provocado que sus acciones hayan perdido un 80% de su valor en bolsa desde el inicio de año.
Con unas pérdidas de 206,9 millones de dólares el resultado neto de 2021 de la compañía ha sido negativo -las pérdidas de 2020 fueron de 619 millones de dólares-. Debra Perelman, presidenta y consejera delegada de Revlon, aseguraba que
A pesar de haber experimentado un fuerte crecimiento en demanda, hemos sufrido en la cadena de aprovisionamiento. A partir del tercer trimestre, nuestro negocio se ha visto impactado por la inflación en componentes e ingredientes, dificultades en la logística y falta de mano de obra.
El último trimestre de 2021, Revlon registró unos ingresos de 615,2 millones de dólares, lo que se traduce en una caída del 1,8% respecto al 2020. Pero esto ya se remonta a antes de la pandemia de la COVID-19: la multinacional luchaba con las deudas en un sector donde la demanda y los gustos del consumidor habían cambiado drásticamente y la competencia cada vez era mayor.
Causas por las que Revlon se ha declarado en bancarrota
- Problemas en la cadena de suministros. Tal y como ya hemos comentado, el aumento del precio en las materias primas la energía y el coste de los envases ha hecho que la producción de cosméticos aumente de coste entre un 25 y un 30 %.
- Una deuda demasiado elevada. Tal y como ya hemos comentado, la crisis viene de antes de la Pandemia, pues en 2019 sus pérdidas fueron de 151,2 millones de dólares.
- Competición muy fuerte. Cada vez son más las celebrities que dejan de ser imagen para las grandes firmas y aprovechan el tirón para lanzar sus propias firmas. Kylie Jenner, Rihanna, Olivia Palermo o Jennifer López son algunas de las famosas que lo pitan con su propia marca.
- La desaparición progresiva de los centros comerciales. En Estados Unidos los centros comerciales están cerrando sus puertas. Las preferencias de los consumidores han cambiado y eso conlleva que en el último año cadenas como Bed Bath & Beyond (donde se encuentran productos de Revlon) anunciase el cierre de 37 tiendas en 19 estados el pasado mes de febrero.
Modernizando su imagen tras anunciar a Megan Thee Stallion como embajadora de Revlon en 2020, dedicando una colección de maquillaje a la película Wonder Woman o lanzando un esmalte de uñas con aguacate, 2022 podría ser el último año de la marca.
Pese a que Revlon ha sido la primera en declararse en bancarrota, esta situación podría vivirla muchas otras firmas de cosméticos. La escasez de ingredientes -incluidos el papel, el vidrio y otros aceites clave-, así como un aumento en los precios de los ingredientes, hace que estos problemas sean los mismos que el de muchas otras firmas.
Fotos | Instagram @revlon, @kyliecosmetics
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