Un remedio casero, tan simple como efectivo, nos proporcionará un plus de brillo en nuestro cabello y también nos permitirá relajarnos unos minutos. Dos beneficios al precio de uno y tan sólo calentando una toalla con la que cubriremos el cabello mientras actúa la mascarilla, así de fácil.
En Arrebatadora, hemos hecho hincapié en los cuidados que deben recibir nuestros cabellos en la etapa estival, pero en invierno, ¡no hay que despistarse! El frío, el aire, los gorros, la humedad y la lluvia no son, precisamente, muy buenos amigos de nuestro pelo.
El truco es de lo más sencillo: lávate la cabeza con tu champú habitual, y aplica después tu mascarilla, extendiéndola bien con la ayuda de un peine. Envuelve tu cabeza en una toalla que previamente has sumergido en agua muy caliente y has dejado bien escurrida.
Tómate cinco o diez minutos de reposo, disfruta del calorcito, cierra los ojos y relájate. Luego, aclárate con agua tibia. El calor de la toalla hará que la fibra capilar se abra y penetre mejor la mascarilla, y el agua tibia del aclarado fomentará que se vuelva a cerrar.
Al margen de que te apliques mascarilla más días a la semana, prueba a dedicarle estos diez minutos a tu pelo… y a ti.
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