En busca de energía y equilibrio, pruebo un Baño de Gong y Cuencos Tibetanos. Te cuento mi experiencia

Estos días sigo con la firme determinación de cuidarme y alcanzar la fuerza que necesito para afrontar los meses de invierno. A lo largo de los últimos años he practicado muchas disciplinas sobre las que he escrito en alguna ocasión: mindfulness , yoga, shiatsu... El resultado siempre ha sido tan positivo que no puedo evitar seguir experimentando. Entre las últimas tendencias, el Baño de Gong y Cuencos Tibetanos está en pleno auge. Una disciplina que, si para mi no resulta tan novedosa, dado que una gran amiga lo ha practicado desde hace años y siempre me lo había recomendado, he conocido al fin en el centro Assari , donde he tenido la oportunidad de probar una sesión completamente extraordinaria por su poder sobre los sentidos y efectos

Una terapia que duró algo más de una hora y en la que pude experimentar sensaciones tan nuevas como para sentir la necesidad de compartir una vivencia que creo positiva para todo el que la practique.

El Baño de Gong es una terapia basada en el sonido y vibraciones que busca armonizar física, mental, emocional y energéticamente a quien lo disfruta. Eso es la teoría, pero cuando algo se describe así, surge la curiosidad de saber exactamente lo que significa a nivel físico y emocional

Un poco de historia

El gong es un instrumento sagrado y ancestral utilizado desde hace miles de años que surgió en la Edad de Bronce, y ha sido utilizado por diversas civilizaciones, orientales y occidentales. Un instrumento considerado único para alcanzar un profundo estado de meditación y conciencia. Una fuente de resonancia que produce múltiples tonos en un espectro continuo de sonido. Una onda y vibración, que ocupa el espacio y para el ser humano resulta tangible por sus características especiales y a la que se atribuyen beneficios como la curación a través del sonido, ya que a lo largo de la historia ha sido considerado como una de las formas más antiguas de sanación. 

Si algo hace especial a este sonido es su volumen de onda y la cantidad de facultades y efectos que se atribuyen. Sabéis que siempre estamos sometidos a vibraciones en determinadas frecuencias, tanto si lo oímos como si no. Las frecuencias de sonido pueden afectarnos a nivel celular, y también a cómo nos sentimos y funcionamos. Las prácticas de sanación energética mediante el sonido como un Baño de Gong utilizan la vibración y la frecuencia para ayudar a reducir el estrés,  tomar conciencia y crear sensación de paz, bienestar y mejor equilibrio.

Mi experiencia

Resulta absolutamente imposible trasladar en un video o grabación lo que supone el sonido de un gong, dado que lo que caracteriza su singularidad es  el poder para envolver al individuo en una burbuja de sonido que como os he descrito da la sensación de ser tangible-. Me sentí inmersa en un campo de sonido que abarcaba el momento presente. Un sonido tan intenso, grave y "mágico" que en a lo largo de la sesión y dependiendo del tono y ritmo pudo llegar a producirme alegría, paz e incluso temor…,  algo que os cuento bajo mi experiencia. 

Lo más significativo de una sesión de Baño de Gong es su poder energético sobre el organismo: la vibración se percibe a nivel osteomuscular, anímico e incluso celular. Como sabéis, el cuerpo humano se compone en un 65-75% de agua y la disciplina explica que el sonido se transmite a través del líquido interno. Como es lógico no fui capaz de sentir el efecto a este nivel "invisible", sin embargo sí pude comprobar el efecto energético y psicológico que tuve al final de la sesión. 

Antes, durante la sesión, alcancé un estado de calma, armonía y paz mental y espiritual, un parón con respecto a todo lo que había acontecido a lo largo del día y las preocupaciones habituales. Plenitud y descanso.    

Los efectos

Los beneficios que se atribuyen a esta disciplina son, como os he descrito, muy variados, a nivel físico libera estrés, relaja el sistema nervioso, busca el equilibrio del sistema glandular y endocrino e incrementar las defensas del organismo. A nivel mental, reactivar funciones cerebrales equilibrando los hemisferios, mejorando la creatividad, la capacidad de concentración y aportando serenidad y claridad. Se puede considerar como una terapia que libera tensiones y bloqueos.

Si me preguntáis por mi resultado, os puedo decir que hubo un antes y un después: llegué estresada, quizá escéptica ante un cambio real y terminé la sesión con un altísimo nivel de energía, renovada y con una profunda sensación de alegría que ha durado muchos días. 

Esta terapia está indicada para los que buscamos bienestar en general, reducir el estrés, calmar y armonizar emociones, una relajación profunda, eliminar toxinas, canalizar y potenciar energía y mejorar la capacidad de autocuración del cuerpo. Antes de finalizar la sesión también recibí una pequeña demostración de lo que supone un masaje con cuencos tibetanos. Liberación del estrés y reequilibrio energético, mediante su alineación con la columna vertebral.  

Assari, el centro del bienestar por excelencia, sobre el que ya he escrito en otras ocasiones, ofrece entre sus diversas posibilidades y terapias los Baños de Gong y Cuencos Tibetanos para grupos o a nivel individual, tanto en el propio centro de la calle Serrano nº6, como desplazándose a otros emplazamientos. Por mi experiencia, garantizado un humor excelente, energía máxima y una amplia sonrisa. Recuerda: la felicidad es belleza.

Imágenes | 1# Trimatiks en Pixabay  , 3#Binja69 en Pixabay 

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