Ayer nuestros compañeros de Trendencias, publicaron un sobrecogedor selfie de una madre con cáncer de piel, que ha querido mostrarse así para concienciar de las consecuencias que pueden tener las cabinas de bronceado.
La OMS incluyó hace años estas cabinas entre los factores causantes de cáncer y algunos países, como Australia, ya han prohibido su uso. Tenemos muchos motivos y sobre todo investigaciones relacionadas, para evitar la exposición a los aparatos de bronceado artificial, así que mientras sigan en marcha, vamos a darles un repaso para recordar por qué es importante decir: No, gracias.
Lo que dicen los estudios
El último artículo sobre este tema se publicó el pasado mes en la revista American Journal of Preventive Medicine. Su autor Robert Dellavalle, investigador y profesor, afirma que las cabinas de rayos UVA causan cáncer, al igual que el tabaquismo, y que el anuncio y la difusión de este mensaje podría salvar vidas.
Para determinar si cierto elemento causa cáncer, se siguen 9 criterios elaborados en 1965 por el epidemiólogo Austin Bradford Hill. Las cabinas o camas bronceadoras, cumplen ocho de estos nueve requisitos, según los datos recopilados por Dellavalle:
Las investigaciones para concluir la relación causal entre cabinas de bronceado y cáncer de piel, se han realizado en animales. Como es lógico, no es posible experimentar con personas, poniéndolas en riesgo de contraer cáncer de piel y, según Dellavalle, esta es la excusa que utiliza la industria de las cabinas de bronceado, para declarar que no hay confirmaciones realmente científicas que demuestren que causan cáncer.
Más investigaciones y advertencias
Según un estudio publicado en el British Medical Journal en 2013, de los 63.942 casos de melanoma que se diagnostican en Europa cada año, un 5,4% (3.438) están relacionados con el uso de las cabinas de bronceado.
También determinó (con los datos obtenidos en Europa) el riesgo de padecer cualquier tipo de cáncer de piel en más de un 20% si se usan cabinas de rayos, incrementándose en un 87% si el uso se empieza antes de los 35 años.
Por otra parte, un año antes, una investigación dirigida por la Universidad de California, publicada también en el BJM, estimó que el bronceado artificial era responsable en Estados Unidos de más de 170.000 nuevos casos al año de cáncer de piel no melanocítico (más frecuente pero menos agresivo).
La FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.U.U) subió en 2014 el riesgo de las cabinas de bajo a moderado, desaconsejó su uso en menores de 18 años y alertó que las personas que han tomado rayos UVA tienen un 59% más de riesgo de melanoma, que se incrementa con cada nueva sesión.
Desde la AEDV (Academia Española de Dermatología y venereología) también recomiendan evitar el bronceado artificial y avisan de que en una cabina de bronceado podemos recibir un nivel de radiación UVA hasta 10 veces superior al de un día soleado en el Mediterráneo.
Hasta hoy las evidencias son muchas, pero como dicen que una imágen vale más que mil palabras, he querido compartir también la foto de Tawny Willoughby, en la que enseña al mundo las consecuencias de usar las cabinas bronceadoras. Su propósito es que las personas que la vean, no cometan el mismo error.
Foto | Wikipedia
En Trendencias Belleza | Inglaterra prohíbe las cabinas de bronceado a los menores