En ocasiones pensamos y pensamos que comprar o que hacer para estar mejor, más guapas, cuidarnos con esmero y sin embargo no pensamos que otras cosas que "hacemos sin pensar" pueden restarnos belleza y bienestar, son las típicas manías que en ocasiones no caemos en la cuenta del daño que nos hacen.
Son gestos o costumbres adquiridas con el paso del tiempo y a las cuales no les damos importancia, hasta que alguien se fija y nos lo hace saber, entonces si caemos en la importancia de poner de nuestra parte para no hacerlo más. ¡Vamos a por ellas!
Morderse las uñas
Es una de las manías más adictivas que podemos tener y un gesto que no distingue sexos. Mujeres, hombres y niños se muerden las uñas y se puede convertir en un gesto para toda la vida. Morderse las uñas conlleva en belleza múltiples consecuencias, cómo padrastros, infecciones y unas manos a la vista que quieren ocultar muchas personas. Además las que se las muerden suelen renunciar a llevarlas pintadas aunque les guste verlas en las manos de las demás.
En este tema también haría un inciso y regañaría a quienes se muerden los labios o tienen la costumbre de morder los extremos de los bolígrafos o los lápices. La primera es similar a la de las uñas, una manía inconsciente que cuando te quieres dar cuenta ya tienes los labios con múltiples heridas y la segunda por las infecciones que acarrean en la boca morder utensilios que antes pueden haber pasado por muchas manos de distintas personas.
No desmaquillarse
¿Dejadez, desconocimiento o manía? Pues francamente no sé como definirlo, muchas personas conocen las consecuencias en la piel por no desmaquillarse por las noches, otras no lo hacen por qué no saben lo nefasto que es para la belleza en general y otras conocen toda la información pero les cuesta horrores seguir esa sencilla pauta antes de ir a dormir.
Por la noche la piel necesita respirar para regenerarse, si lo convertimos en rutina veremos que no es tan difícil de hacer y seguramente con la costumbre lo haremos más rápido y mejor cada noche. Un acto que agradecerás de veras en día de mañana.
Cruzar las piernas
Me duelen las piernas...No tenemos nada físico y sin embargo puede ser una frase que repitamos bastante a lo largo del día. Por coquetería solemos cruzar las piernas, aunque también se puede hacer por comodidad o por qué tenemos esa costumbre. Las venas no trabajan como deben, la circulación se hace pesada y las consecuencias serán cansancio, varices y ¡celulitis!
Si nos paramos a pensar quizás les busquemos a nuestras piernas mejores posturas, ¿las solemos cruzar en el trabajo? ¿Sentadas en el sofá de casa? ¿O en nuestros momentos de ocio? Muchas veces basta con apoyar los pies en una plataforma a pocos centímetros del suelo para ver como nuestras piernas ya no buscan cruzarse por inercia.
Cepillar el cabello húmedo
Es quitarnos la toalla húmeda... y meter el peine ¡si o si! Desenredar nuestro cabello necesita tiempo y si se lo dedicamos lo notaremos en su salud. Usar suavizantes para el cabello, mascarillas y sérum antes de ese cepillado y durante el lavado y verás como ya no haces ese típico ruido al pasar el peine o el cepillo. Ruido que después se traduce en la rotura del cabello ¡mímalo!
Y hablando de peines evita siempre cepillos metálicos o de plástico de mala calidad, empieza a peinarte siempre por las puntas y si tienes auténticas ganas de hacerlo muy fácil prueba a peinarte en la ducha con los dedos sin forzar nunca los tirones. Para un cabello bonito y cuidado la paciencia es la madre de la ciencia.
Hablar por teléfono
No, no te decimos que no hables por teléfono pero si lo haces muy habitualmente e incluso pasas horas trabajando al teléfono sabrás de donde te pueden venir después esos dolores de cabeza y cuello. Nuestras cervicales tienen una memoria muy a tener en cuenta por no hablar de que esa postura del cuello será caldo de cultivo para arrugas prematuras, aquellas que no son por la edad si no que las podríamos llamar iguales a las ocasionadas por los gestos de expresión.
Nos encantaría que compartieras con nosotros esa manía fea de la cuál te quieres deshacer y si ya lo has conseguido ¡cuéntanoslo! Lo importante siempre es conseguir la máxima ayuda para poder poner cuanto antes un buen remedio.
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