Empezaré por decir que este tónico no es apto para cualquiera, así que pieles sensibles o chicas que prefieran productos suaves y naturales absternerse. Se trata de un tónico bastante controvertido, porque es bastante fuerte y mucha gente se horroriza la primera vez que lo usa.
Esto se debe a que tiene bastante alcohol, hasta el punto de que huele mucho nada más abrirlo. Tiene un tono moradito en el bote y forma parte del Sistema de 3 Pasos de Clinique, formando el paso número 2. Clinique tiene 4 tónicos, que van desde el más suave al más fuerte.
Sin embargo esta numeración no tiene correlación con la dureza del tónico sobre la piel, ya que yo he probado todos y este número 2 es con diferencia el más fuerte de todos. Este hecho, que hace que mucha gente ni se plantee usarlo, es lo que más me gusta de él.
De hecho es mi tónico de cabecera, salvo momentos puntuales en que la piel me pide más hidratación, en los que suelo usar un tónico en formato leche. Para pieles grasas o mixtas no sensibles es ideal, ya que el efecto exfoliante es muy grande. Además deja la piel con una frescura que ningún otro tónico te da.
En unos días se nota la diferencia, ya que los granitos (incluso los recalcitrantes) desaparecen, la piel se uniforma, incluso las arrugas superficiales apenas se ven. A pesar de que Clinique no es que sea precisamente mi marca preferida, tengo que admitir que son suyos los dos productos que más diferencia marcan en mi piel.
En resumen, si queréis probarlo comprad un neceser de los que Clinique suele lanzar periódicamente con mini-tallas. Si os gusta y queréis comprarlo, es un producto que suele tener tamaño extra en oferta continuamente. Repito que mucho cuidado las pieles sensibles o con problemas y tened en cuenta que una exfoliación fuerte de golpe puede ocasionar el efecto rebote.
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