Muchas veces nuestro cuerpo tiene detalles que no son perfectos. Algunos se pueden corregir con cierta facilidad, usando maquillaje, por ejemplo, pero otros son cosas con las que debemos aprender a vivir, como las cicatrices. A menudo son demasiado antiguas como para ser eliminadas por tratamientos no médicos, pero algunos cuidados sencillos pueden mejorar su apariencia y comportamiento.
Una cicatriz es consecuencia de la reparación de un daño a la piel. Para reparar el daño el cuerpo produce una nueva piel, con más colágeno del habitual, lo que la hace diferente a nuestra piel normal. Puede formarse por muchas razones, como caídas, infecciones, cirugía, inflamación, etc. La apariencia final de una cicatriz depende de muchos factores, como el tipo de herida, la edad de la persona, el tipo de piel y el lugar donde se encuentra, entre otras cosas. Algunas de ellas pueden llegar a doler o picar.
Entre los cuidados que deberías dar a tus cicatrices se encuentran cosas que hacemos normalmente para el resto del cuerpo. Lo importante es ser regular y usar productos apropiados, sin colorantes ni perfumes que podrían afectar aún más la piel dañada.
- Humectarlas: incluso más que el resto de nuestra piel, debemos mantener hidratadas nuestras cicatrices. La piel que ha sido dañada no regenera sus glándulas sebáceas ni los folículos pilosos, por lo que la única hidratación que conoce es la que proviene de nuestros cuidados. La hidratación restaura la función de barrera de la piel, reduciendo la picazón y evitando que los microorganismos o alergenos puedan penetrar o irritar la piel.
- Masajearlas: una cicatriz es más dura que la piel normal, producto del colágeno extra del tejido que las forma. Masajearla regularmente ayuda a que la cicatriz no nos impida el movimiento, si es que está en alguna articulación, y a aumentar la circulación linfática (el sistema de recolección de líquidos internos del cuerpo). También evita la sensación de tener la piel tirante, que a veces puede llegar hasta a ser dolorosa. Con el dedo pulgar, masajea en círculos, siempre en dirección hacia el torso del cuerpo.
- Exfoliarlas: exfoliar regularmente permite eliminar las células muertas superficiales que forman la cicatriz y acelerar su reemplazo por células normales. Esto no es una panacea, no por mucho exfoliar la cicatriz tendremos la piel como si nunca hubiera pasado nada, así que no abuséis de una piel que ha sido castigada, pero cada cierto tiempo, exfolia tus cicatrices y mímalas después con un aceite como el de rosa mosqueta, que es conocido por sus propiedades regeneradoras de la piel.
- Protegerlas del sol: las cicatrices son menos resistentes a la radiación UV, puesto que no se regeneran los productores de melanina de la piel dañada. Es recomendable proteger las cicatrices nuevas del sol al menos durante 3 meses, porque podrían quemarse mucho más que la piel alrededor y quedar oscuras, notándose mucho más.
Si bien las cicatrices suelen desaparecer con el tiempo, el proceso puede demorar muchos años. Si la cicatriz es muy grande, visible o interfiere con nuestra vida, existen diferentes métodos para hacerlas más invisibles, como la dermoabrasión o el uso de lásers, pero la única manera de eliminar una cicatriz es quitando la piel que la compone, aunque algunos procedimientos dejan a su vez sus propias cicatrices.
Mi toque final a todos los cuidados es aplicar un par de gotas de aceite de rosa mosqueta, que puede encontrarse en herboristerías y farmacias, tanto en estado puro como refinado y en lociones y cremas, los que tienen la ventaja de carecer del penetrante olor del aceite puro.
Mi cicatriz más grande, que cubre todo el costado de mi muslo derecho, incluyendo el costado de la rodilla, que antes era tirante y molesta, ahora es suave y elástica con solo seguir estas sencillas recomendaciones de mi fisioterapeuta. De ser una parte de mi cuerpo que causaba problemas, ha pasado a integrarse con lo demás. ¿Quién diría que una cicatriz también puede ser un poco arrebatadora? Antes, yo no.
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