Los polvos bronceadores son uno de los cosméticos más usados en esta época y durante todo el verano. Sirven para dar color a la cara o para subirlo un poco, y sobre todo para iluminar la cara y dar aspecto de que el sol ha estado posándose suavemente sobre tu piel. Sin embargo este tipo de polvos pueden usarse a nuestro favor para esculpir el rostro, es decir, para hacerlo más delgado ópticamente.
Si vuestro rostro es redondito o simplemente queréis hacerlo más "alargado" podéis lograrlo con una cajita de polvos de sol y una buena brocha. En este caso os recomiendo la biselada grande, que podéis ver a continuación (en este caso es de Coastal Scents), ya que es la que mejor efecto da en este caso. Una kabuki podría valer también si no tenéis otra a mano, pero deberéis tener cuidado con la cantidad que queda sobre la brocha y desechar el exceso con pequeños toques.
Utilizad unos polvos de sol un tono más oscuro del normal que utilicéis o que penséis que podríais utilizar en su caso. Pasar la brocha por los polvos, retirar el exceso (con poquitos toquecitos) y dibujar un boomerang con centro en cada uno de los ojos. Eso supone maquillar con la brocha desde la parte de la frente más cercana al pelo hasta el hueso de la mejilla.
Podéis poner la famosa "cara de pez" (absorber las mejillas por dentro de la boca) para identificar la zona más fácilmente. Si creéis que el efecto es demasiado fuerte, podéis utilizar, entonces sí, una kabuki, para pasarlo por la zona maquillada con los polvos bronceadores y matizar el color resultante.
Imagen | Jorg Weingrill en Flickr En Arrebatadora | Cómo evitar errores con los polvos bronceadores