Utilizamos muchos productos para lavarnos la cara a diario pero os asombraríais de saber cuántas veces lo hacemos mal. No todo depende de qué gel utilicemos, o de qué marca, sino que hay que tener en cuenta otros factores.
El agua es mejor que esté templada, ya que si está fría (a pesar de su evidente efecto "despertador") cierra los poros e impide que el efecto limpiador actúe. Si está demasiado caliente puede ser agresiva con la piel.
Las manos son el mejor instrumento, aunque también se puede usar una esponjita pequeña suave, todo depende de gustos. Por supuesto el producto empleado es importante, y dentro de él los ingredientes que lleve, que deben ser adecuados a tu tipo de piel o al problema que en ese momento ésta tenga.
Por ejemplo, si tu piel es grasa es ideal que el limpiador incluya ácido salicílico, que exfoliará la piel, y si es seca que tenga agentes hidratantes. Aplica el producto sobre la piel y masajea durante unos 15 segundos, no más. Después debes aclarar muy bien, ya que cualquier resto tapará los poros.
No vaciles en aplicar agua al rostro para aclararlo cuantas veces sean necesarias, hasta que no te salga jabón en los dedos. Por último seca la cara con una toalla suave (que no "rasque") a toquecitos, sin restregar y sin dejarte la cara roja.
Imagen | Helga en Flickr En Arrebatadora | Tres pasos para levantarnos con buena cara , La importancia de los cuidados nocturnos