Cómo limpiar las esponjas de maquillaje: claves y trucos para que parezcan siempre como nuevas

Mantener nuestras brochas de maquillaje limpias es algo básico en nuestra beauty rutina, algo que tenemos que hacer cada poco tiempo, aunque nos de pereza. Ya conocemos varios métodos para que nuestras brochas estén siempre perfecta, sin embargo hoy nos vamos a centrar en la limpieza de las esponjas como la mítica beautyblender.

1. Limpiar las esponjas de maquillaje con jabón

Sin duda, el método más clásico para limpiar una esponja de maquillaje es utilizando jabón, bien sea líquido (13,50 euros) o sólido (12,95 euros), y agua tibia, todo ello junto con mucha paciencia.

Y es que hay que reconocer que las esponjas de maquillaje absorben  muchísimo producto lo que supone que necesitaremos varios minutos para poder dejar las totalmente limpias, es decir, hasta que el agua salga completamente transparente.

Esta técnica, simplemente se basa en aplicar el jabón o restregar la esponja contra la pastilla, ponerla bajo el agua (mejor tibia) e ir escurriendo y frotando suavemente, y repetir tantas veces sea necesario hasta que el agua salga limpia y no haya restos aparentes de maquillaje. No tiene pérdida.

2. El truco del microondas

Seguramente a estas alturas todas conozcáis ya el truco de limpiar vuestra esponja de maquillaje con el microondas. Sin embargo, si no es así os damos todas las claves.

Es una técnica con la que hay que tener cuidado, ya que si no lo hacemos bien, corremos el riesgo de quemar literalmente nuestra esponja, pero si la utilizamos bien, es un método muy válido, al menos a mí me ha funcionado siempre que lo he utilizado. 

Simplemente, tenéis que poner vuestra esponja en un recipiente apto para microondas con agua, como la mitad del recipiente, con un chorro de jabón de lavaplatos de toda la vida, sumergimos la esponja, hacemos unas pulsaciones para que se empape bien y posteriormente lo metemos un minuto al microondas.

En este punto, hemos visto cómo muchas chicas se quejan de que luego es imposible sacar toda la espuma. A ver, depende de la cantidad que echemos de jabón. Yo uso  Fairy y echo un chorrín pequeño, nada escandaloso porque sino, efectivamente, no les sacar el jabón en la vida. Así que sed cautas.

Cuando sacamos la esponja del microondas, ya podemos ver como el agua se ha tenido completamente marrón y únicamente tendremos que aclararla con abundante agua bajo el grifo. Como dato tenéis, os diré que tengáis cuidado porque el agua quema (y la propia esponja), así que no os lancéis.

Con esta técnica encontraréis opiniones para todos los gustos, sin embargo, tengo que reconocer que a mí me funciona estupendamente y, a día de hoy,  la utilizo mucho y siempre me  salen súper limpias y no me cuesta nada de esfuerzo. Si está muy sucia igual sí que necesita otra vuelta en el microondas, pero sin más, 

Por lo tanto, en base a mi experiencia, sí que os lo que recomiendo pero teniendo en cuenta los datos de usar bastante agua, un buen lavaplatos y que no sea en mucha cantidad.

3. Gadgets de limpieza de esponjas

Hace unos años salieron a la palestra unas mini lavadoras de juguete que  realmente servían también para limpiar nuestras brochas y esponjas de maquillaje (5,83 euros) y  hubo un verdadero furor.

Fueron muchas las que nos mostraron cómo realmente sí que ayudaba a limpiar, tanto las brochas como esponjas, simplemente metiéndolas dentro con agua jabón y dejando que actuase, girando sobre sí mismas, durante cosa de un minuto. Pasado el mismo, se enjuagaba y las esponjas quedaban bastante limpias, mucho más de lo que cabría esperar, lo que hace que podamos decir que igual sí, podríamos confiar en ellas.

4.  Frecuencia del lavado de las esponjas de maquillaje

A ver chicas, aquí la respuesta es clara: cada vez que las usemos, pero siendo francas no siempre lo hacemos. Si la limpiamos cada vez, no solo evitaremos la proliferación de bacterias que afecten a nuestra piel, sino que nos durarán más, además de que será algo que forme parte de nuestra rutina y no nos cueste tanto ponernos.

Pero es que no solo eso, porque si no las limpiamos bien, también puede afectar a la calidad de nuestros cosméticos. Así que, si cada vez que nos aplicamos el maquillaje pasamos la esponja por el jabón y le damos un agua, escurrimos y hasta la próxima aplicación, evitaremos también que se acumule más y más producto de manera que nos cueste más retirarlo. 

5. El secado de las esponjas de maquillaje

Uno de los datos claves para mantener nuestras esponjas como el primer día es secarlas bien, es decir, una vez que hayamos terminado de lavarlas, hay que escurrirlas bien, retirar toda la humedad, incluso,  si es necesario estrujándolas con una toalla un trapo limpio para ponerlas luego a secar al aire.

Esto quiere decir que  no podemos, directamente, meterlas en un cajón o en un recipiente cerrado y esperar a que se sequen ya que esto solamente generara moho. No será ni el primero ni el último caso que veo moho o incluso con bichos porque no se han secado debidamente.

Por lo tanto, bien extendidas en una toalla, en los típicos pedestales (5,93 euros) que hay para esponjas, en el propio estuche en el que vienen siempre que no esté cerrado, fundas protectoras con agujeros (8,99 euros)... Vamos que cualquier cosa siempre y cuando no estén en recinto cerrado y sin ventilación.

Lo que está claro es que, si mantenemos nuestras esponjas limpias, igual que nuestras brochas, nuestro maquillaje será mucho mejor, nuestra piel nos lo agradecerá y mantendremos una rutina beauty mucho más saludable. 

Fotos | @beautyblender