Recordaréis que hace un tiempo os presenté el Creamy Concealer de Bobbi Brown, un post en el que nos quedó la duda de si era un corrector o un pre-corrector. Hoy os presento el corrector como tal de Bobbi Brown, y mis impresiones sobre él.
Es un corrector que se puede aplicar, como todos, antes o después de la base de maquillaje, para tapar zonas conflictivas, venitas, marcas de acné, ojera o manchas. Se diferencia del Creamy Concealer principalmente en su capacidad cubriente y en su textura.
Como digo, es un producto mucho más cubriente que el Creamy Concealer, la verdad es que bastante más. Tapa sin problemas todas esas imperfecciones, pero para mí tiene un gran pero y es su textura.
Es un corrector muy denso y espeso que se extiende con dificultad, tanto con el pincel corrector como con los dedos. Su efecto no queda natural (no me refiero al color, que es cuestión de elegirlobien, sino a la textura). Para mi gusto es demasiado espeso y no me gustan los acabados.
Sólo lo utilizo en casos muy extremos, con algún granito o alguna marca que se note mucho. Pero, como os digo, en casos muy puntuales porque prefiero el Creamy Concealer, de textura mucho más suave y trabajable.
Como ventaja, como ocurre en casi todos los productos de Bobbi Brown, es que tenemos una gran variedad de tonos para elegir y para que se acomoden lo mejor posible a nuestro color de piel. En concreto, tenemos doce tonos para este corrector. El mío se llama Bisque.
Como desventajas, ocurre lo mismo que cuando hablábamos del Creamy Concealer, un precio alto en relación al tamaño del producto, que en este caso supera los veinte euros.
En definitiva, es un producto que no me convence por su textura y por su precio y con el que no volveré a repetir. Si lo tenéis o lo habéis probado, me gustaría saber si compartís la misma sensación que yo en relación a su densidad o si, en cambio, os va mejor.
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