¿Sabéis cuál es la diferencia entre un cosmético adelgazante y un anticelulítico? La cosmética corporal tiene productos tecnológicamente avanzados que ofrecen resultados más allá de la hidratación o nutrición de la piel del cuerpo que hay que descubrir.
Estas dos necesidades básicas de la piel son importantes pero como os recomendé el mes pasado podéis hacer mucho más por ella. Si sois constantes y tenéis zonas rebeldes, un buen cosmético específico para el cuerpo puede dar resultados visibles que se agradecen mucho. Quiero hablaros hoy de la cosmética adelgazante.
Como cosmética adelgazante existe la anticelulítica, la reductora o adelgazante y la drenante. No se trata de ningún método para quemar calorías, estas cremas y sueros funcionan evitando que se acumule la grasa. El objetivo sí es el mismo.
Una vez aclarado que estas cremas no queman grasa o calorías, vamos a ver la diferencia entre una crema anticelulítica y una reductora o adelgazante. Es cierto que existen cosméticos que ofrecen ambas propiedades: una crema reductora y anticelulítica a la vez. Pero es importante saber cómo funcionan una y otra.
La crema anticelulítica
Se supone que todo el mundo sabe qué es un anticelulítico pero aclarémoslo. Estas cremas contienen ingredientes activos que son capaces de desmontar los nódulos de grasa, las bolas de grasa compactadas que vemos exteriormente como la piel de naranja.
Cuanto más compacta es la bola, como un nudo, más difícil lo tiene el organismo para servirse de ella como combustible. Es grasa almacenada que el anticelulítico intenta romper o descomponer para que sea más fácil quemarla. El objetivo es deshacer el nudo.
Por otra parte, quitaos de la cabeza que utilizando un anticelulítico podéis comer lo que os apetezca porque luego vais a quemarlo con el cosmético: no, no y no. Un error colosal. Quemar calorías necesita de ejercicio o dieta.
La crema adelgazante
Ahí es donde puede entrar en el juego la cosmética adelgazante. ¿Qué hace? No tiene poder en los nódulos de grasa, no es eficaz contra la piel de naranja. Lo que pretende es hacer la vida imposible a los adipocitos.
El adipocito es una célula de grasa, su misión es crecer produciendo esa grasa corporal. Puede ser un adipocito recién salido del horno con poco “relleno” o un adipocito bien surtido, hasta los topes de grasa, alegre como un blogo a punto de explorar.
El reductor o adelgazante corta la vía por la que el adipocito “engorda”, no le deja que fabrique más tejido adiposo. Menos tejido adiposo, menos calorías almacenadas difíciles de utilizar y quemar. Así que es un cosmético perfecto para la persona que quiere reducir cintura, abdomen, muslos, etc. cuando el problema no es celulitis acumulada.
La persona que no tiene sobrepeso pero celulitis localizada en las piernas, por ejemplo, necesitará un anticelulítico en esa zona: el adelgazante pocos resultados le dará. La persona que tiene una capa gruesa en la piel de la cintura pero sin piel de naranja, el anticelulícito no va a reducir esa zona, no hay bolas de grasa compactadas que romper. Si no habéis obtenido resultados con vuestra cosmética corporal específica puede que ésta sea una razón.
Foto | GonchoA, Caro Spark
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