Se acerca el verano, y siempre es lo mismo: más ejercicio, dieta a rajatabla... ¿y aún así no ves resultados? Quizás estés dejando por el camino pequeños gestos que pueden ser los culpables de que no veas evolución. Vamos a repasar algunas costumbres que pueden impedirte perder peso.
No se trata de bajar drásticamente la ingesta de calorías durante los meses anteriores al verano, sino de modificar hábitos que resulten perjudiciales para nuestra alimentación y para nuestro estilo de vida. ¿Qué costumbres nos ponen más difícil conseguir nuestro peso ideal?
Apaga la tele a la hora de comer
Quizás una de las costumbres más extendidas y a la vez más perjudiciales para perder peso es comer mientras se hace cualquier otra actividad. Es decir, comer mientras vemos la tele, leemos el periódico o nos encontramos frente al ordenador. Esto es un error, ya que no prestamos toda la atención que deberíamos al acto de comer.
Comer de manera consciente es una de las asignaturas pendientes para muchos de nosotros. A veces por falta de tiempo, por aburrimiento o por costumbre, solemos acabar comiendo delante de la tele, lo cual impide que tomemos consciencia de todo lo que ingerimos.
Pensad, por ejemplo, en el caso de las palomitas en el cine: no sé vosotras, pero yo en cualquier otra situación soy incapaz de comerme un bol de palomitas de semejante tamaño. Sin embargo en el cine estamos tan esimismados con la película que nos comemos todas nuestras palomitas y parte de las de nuestro vecino, si nos dejan.
Comer de manera consciente, sabiendo qué y cuánto ingerimos es vital a la hora de llevar una alimentación saludable.
Comer con prisa no es saludable
Sí, ya sé que con el estilo de vida que llevamos sentarnos tranquilamente a comer es un privilegio para muchos, pero es lo que deberíamos hacer si queremos maximizar los resultados de una alimentación saludable.
La sensación de saciedad en nuestro estómago comienza a producirse media hora después de comenzar a comer: por esto, si comemos deprisa y engullimos a comida en lugar de masticarla correctamente y saborearla, nos levantaremos de la mesa todavía con hambre.
Debemos darle tiempo a nuestro cerebro para que mande la señal de "saciedad" al estómago, y así quedarnos con la sensación de haber realizado una comida completa.
El gran error de saltarse las comidas
Cuántas veces hemos saltado alguna de las comidas principales creyendo que así íbamos a perder peso... Y no hay un error peor ala hora de llevar una dieta saludable.
Saltarnos una comida sólo nos servirá para dos cosas: llegar hambrientas a la siguiente y hacer que nuestro metabolismo se ralentice y trabaje más despacio, consiguiendo así quemar menos calorías para los mismos procesos.
Debemos realizar cinco comidas al día, siendo la más importante de todas ellas el desayuno, que tiene que aportarnos aproximadamente el 30% de los nutrientes que necesitamos en el día.
Dejad estas costumbres poco acertadas y veréis cómo vuestro organismo os premia aprovechando mucho mejor los alimentos y perdiendo peso de forma saludable.
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