No sé si os pasará lo mismo a vosotras, pero cuando llega el frío me resulta más difícil seguir dos hábitos saludables que contribuyen a mantener la línea y a garantizarnos la ingesta diaria de verduras: beber agua y comer ensalada.
Pero el otoño y el invierno también tienen su truco, y en su lugar ese cometido lo cumplen perfectamente las sopas y las cremas de verduras. Son deliciosas, diuréticas, nutritivas y bajas en calorías ¿Se puede pedir más?
Sopa, la ayuda para hidratarnos
Da igual si preparamos mil recetas de sopa distintas, su principal ingrediente siempre va a ser el agua. Eso hace que sea un plato ideal para mantener la hidratación cuando bajan las temperaturas y también para saciarnos más.
Podemos preparar un caldo muy ligero, para consumir de primero, o bien si les añadimos algo de pasta, arroz, tofu, miso o incluso clara de huevo, tomarlo como un plato principal.
Mis favoritas son las sopas de verduras en las que el apio, el puerro y la cebolla no pueden faltar, no solo por lo efectivos que resultan contra la retención de líquidos, sino también porque aportan mucho sabor sin añadir apenas calorías.
También ayuda a cuidarnos que sean fáciles de preparar y que se puedan conservar en la nevera o incluso congelar, pero hay que tener cuidado con no pasarnos con algunos complementos como el queso o el pan frito, que están bien para dar un toque de sabor, pero pueden arruinar nuestro propósito si se convierten en el ingrediente principal del plato.
Estos son algunos buenos ejemplos de sopas saludables y sabrosas:
Crema de verduras, para aprovechar todas sus propiedades
Las verduras no solo contribuyen a que sigamos una dieta equilibrada también son responsables de que tengamos un bonito tono de piel y nos garantizan una buena dosis de fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales en nuestro plato.
Más sencillas de cocinar en crema imposible, a mí me encantan porque se pueden preparar con cualquier tipo de verdura que ha quedado suelta en la nevera, aunque mis favoritas son las de calabaza, calabacín o zanahoria con rúcula. Una base de cebolla, una patata si quiero espesar y basta hervir unos 15 minutos y triturar para tener una cena rápida y sanísima.
Para aderezarla van muy bien las semillas de girasol, de lino, el sésamo, una pizca de parmesano recién rallado... al igual que con la sopa siempre con cuidado de no pasarnos con los complementos demasiado calóricos, entre ellos la crema de leche que muchas veces se suele añadir. Yo prescindo de ella directamente y puedo asegurar que las cremas quedan muy ricas igualmente.
A continuación algunas recetas para cuidarnos y disfrutar:
¿A qué dan ganas de probarlas todas?
Fotos | Luca Nebuloni | Connie Ma | Karen Booth
En Trendencias Belleza | Acaba con la retención de líquidos con unos sencillos consejos
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