Cuidado con la altura de tus tacones

Una buena amiga me tiene preocupada porque usa siempre zapatos de tacón alto. Botas, sandalias o escarpines siempre con unos 7 centímetros. La alarma le vino cuando empezaron a dolerle los tobillos permanentemente y el médico le aconsejó reducir drásticamente las horas que andaba con tacón alto.

A mi me gustan mucho y no puedo llevarlos tanto como quisiera. Pero la verdad es que abusar de ellos sabemos todas que es malo pero sólo nos acordamos cuando ya tenemos el problema encima. Lo provoca el cambio de centro de gravedad natural del cuerpo al subirnos a los zapatos.

Por si os sirve para acabar de decidiros, el glamour de los tacones de aguja acarrea serios efectos secundarios como la lordosis, una anormal curvatura de la espina dorsal. Si el gemelo o la musculatura posterior de la pierna en general te duelen, el tacón alto puede ser la causa del acortamiento del músculo. Los estiramientos bien hechos serían aquí una solución a tener muy en cuenta si los llevas a menudo.

¿Has oído hablar de los dedos de martillo?. En idioma científico se llama hallux valgus. Llegar a esta deformación de los dedos por trasladar el peso natural del pie hacia la parte delantera (el primer dedo puede desviarse hacia adentro, y el resto de los dedos, encorvarse) por pasarte demasiadas horas llevando tacones altos, es para pensárselo.

Claro que estamos hablando de mujeres que se pasan horas en las alturas de sus stilettos pero ya lo dice el refrán: todos los extremos son malos. Si es tu caso por el motivo que sea (trabajo, por ejemplo) intenta sustituirlos por otros más bajos y de tacón más ancho siempre que puedas.

Y si no, lleva una bolsa con un par de zapatillas de recambio al más puro estilo neoyorkino. Te ahorrarás daños más leves pero igual de molestos como en la rodilla, tobillos, espalda, etc. Y siempre que vayas con tacón alto: las abdominales fuertes y para adentro.

Foto | Charlotte Olympia
Vía | Genciencia
En Arrebatadora | Andar con tacones, un arte, Todos contra el zapato de tacón
En Embelezzia | Roger Vivier y el tacón de aguja o Stiletto

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