Muchas veces nos centramos en las cremas para la cara y el contorno de ojos, cremas corporales y para las manos, los maquillajes, uñas,... ¿pero qué pasa con las pestañas?.
Como todos sospecharemos, la función de las pestañas es proteger los ojos, tanto de pequeños objetos que puedan dañalos como incluso del sol ofreciendo sombra.
Pero también no seré yo quién os descubra que las pestañas pueden hacer que nuestra mirada sea mucho más bella, y crear un efecto en donde nuestros ojos parezcan mucho más grandes de lo que realmente son. Así que sólo hay que añadir a esto que hay que cuidarlas, sólo hay que descubrir cómo.
Hoy en día las máscaras de pestañas no solamente tienen el trabajo de darles color, longitud y volumen, sino que también contienen ingredientes destinados a aumentar el grosor de las pestañas, aplicándose gracias a cepillos de diferentes formas rectas o curvas y de diferentes longitudes y grosores, buscando el no apelmazar. Siempre las más novedosas serán las que nos duran más y por supuesto las que nos resultan más ligeras y menos molestas.
Ten en cuenta que antes de aplicar el rimel tus pestañas tienen que estar secas y limpias para conseguir mayor adherencia del producto.
Una forma de lavarte las pestañas es cuando te laves la cara, aprovecha y no te olvides de ellas. Párate en los ojos, con ellos cerrados, y frótate los párpados de forma horizontal con los dedos y sin ejercer presión, enjuágate bien y sécate con una toalla suave y limpia sin frotar.
Por supuesto no duermas con los ojos maquillados. Ten en cuenta que el acto de dormir con las pestañas maquilladas con rimel causará que se rompan, que los ojos se irriten y se formen bolsas y ojeras en los ojos con mucha facilidad. Por eso la buena limpieza de tus ojos, eliminando cualquier resto de maquillaje si lo hubiera, y de cualquier impureza que durante el día se haya adherido a nuestra cara es algo fundamental, al menos de hacerlo antes de ir a dormir.
Imagen | alvaloparis
En Arrebatadora | Rízate las pestañas con cerveza, elii mrz