Hay un anuncio que me hace bastante gracia: un chico se pone un jersery negro y su desodorante le deja roces blancos. Como eso nos ha pasado a todas y todos, me decanté hace unas semanas por este desodorante: Dove Invisible Dry.
El bote es exactamente igual a muchos de su gama, sólo cambian las pegatinas. Y espero, el contenido, que ya empieza a mosquear tanta igualdad. A mi no me dura el efecto que anuncia de 24 horas, pero es cierto que no hay ni una sóla marca en la ropa.
Lo que más me gusta es el olor, a crema. Fresquita, eso sí, y en formato roll on, claro. No suelo comprar los geles Dove, pero está claro que son característicos por algo.
El truco para no dejar manchas está en la composición: un activo antitranspirante y un aceite cosmético en la formulación, obteniendo como resultado una alta reducción del polvo blanco en la piel y en la ropa.
Este desodorante que cuida las axilas con su composición de aceites y cremas puedes usarlo incluso nada más depilarte, aunque yo prefiero que los poros sigan transpirando tranquilos un rato... Ni manchas ni restos. Pero lo dicho, a mi al menos, el efecto 24 horas no me duró.
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