El tónico es un elemento importante dentro de la rutina diaria de limpieza facial, aunque algunas personas no lo usan o no les gusta usarlo. Sin embargo si tienes la piel grasa te puede ayudar a controlar grasa o cerrar poros (tónicos bifásicos) y si la tienes seca puede ayudar a darte una hidratación extra (tónicos hidratantes).
Además hay algunos tónicos exfoliantes (como el de Clinique) que preparan la piel, renovándola, para absorber los tratamientos posteriores o especialmente astringentes para problemas de acné o puntos negros (Clean and Clear). Los tónicos pueden aplicarse de diversas maneras, incluso podéis combinarlas según el tipo que uséis o la estación del año. Estas son las principales:
Con un algodón: Forma típica y más común. Se aplica la loción sobre un pedacito de algodón y se pasa por la piel del rostro, a toquecitos o bien pasándolo uniformemente por toda la cara. Sirve en general para todo tipo de tónicos, especialmente para los más líquidos.
En forma de spray: Muchos tónicos vienen ya en este formato, bastante común en muchos de los últimos tónicos lanzados al mercado. Es fantástico en verano, porque refresca muchísimo y además siempre puedes aplicarlo también, si quieres, en un algodón. Deja la piel suave y fresca.
Con los dedos: Es la manera que utilizo yo para tónicos especialmente espesos, normalmente hidratantes y nutritivos, que son difíciles de aplicar de otra manera. Es el caso del tónico Confort de Lancome o el especial pieles secas de Yves Rocher. Se echa un poco de producto en el cuenco de la mano y con pequeños golpecitos se aplica sobre la cara. También puedes frotar una mano con otra y aplicarlo con palmaditas de las manos.
¿De qué manera te lo aplicas tú?
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