Ayer se hizo público que el Ilustre Colegio de Médicos de Francia había decidido expulsar al doctor Pierre Dukan, experto nutricionista especializado en comportamiento alimenticio y reeducación nutricional, fundador, además, de la famosa Dieta Dukan. Y, claro, la noticia se ha convertido en el trending topic del día.
A mi, francamente, esta decisión no me ha pillado por sorpresa, pues llueve sobre mojado. Pierre Dukan es un nutricionista que ha dedicado veinticinco años de su vida a combatir los problemas del sobrepeso, y es autor de 19 libros traducidos a más de 25 idiomas.
El sobrepeso está considerado por la Organización Mundial de la Salud como una de las plagas más peligrosas para la humanidad. El delito de Pierre Dukan fue publicar un libro en el que explicaba su famoso método y venderlo por sólo 6 euros.
Yo no dudo que haya personas con problemas renales a quienes seguir dietas con alto contenido proteico puedan sentar mal, pero a quien de verdad ha hecho pupa este método es a los endocrinos, nutricionistas y a las grandes farmacéuticas.
La gente con tal de adelgazar está dispuesta a hacer lo que sea, desde atiborrarse de pastillas, hasta apuntarse a gimnasios carísimos que luego no pisan, o pedir cita con endocrinos y nutricionistas para que les prescriban una dieta pensada ex profeso para cada caso, con un seguimiento por parte del médico en todo momento.
Pero lo que la gente de verdad quiere es resultados visibles en pocos días, porque cuando por fin consiguen la motivación que les anima a hacer dieta, empiezan con muchas ganas. Pero, a medida que las reservas de grasas van desapareciendo, el aburrimiento, los antiguos hábitos o la ansiedad ponen en peligro sus buenos propósitos.
Por este motivo, no dudan en adquirir pastillas adelgazantes a pesar de saber que son peligrosas para su corazón, su tensión o su bolsillo. Siempre que éstas les prometan que si se comprometen de verdad con su dieta, adelgazarán más rápido y sin pasar hambre.
El método Dukan consiste básicamente en disociar las proteínas de los hidratos de carbono, que son los que más engordan. Se dice pronto pero la dieta Dukan ha llegado a 40 millones de personas en todo el mundo, pues del libro se han vendido más de 13 millones de ejemplares y, claro, el libro lo compra mamá, pero también lo lee papá, y la vecina de en frente.
¿Os imagináis el dinero que han perdido los endocrinos, nutricionistas y las farmacéuticas desde que se publicó el famoso libro? Dukan quiso evitar esta expulsión, que ya veía venir, adelantando su jubilación. Y desde el 2012 dejó de ejercer.
La demanda y el recurso interpuestos por la Orden de Médicos de Francia, institución encargada de velar por el ejercicio de la medicina en Francia, ha logrado una sentencia en firme que les da la razón al reconocer que el doctor Pierre Dukan antepuso el interés comercial a su profesión violando el artículo 19 del código deontológico por el cual la medicina no puede entenderse como un negocio; y el artículo 13 que estipula que un médico debe tener cuidado con las repercusiones de sus declaraciones en público, y evitar toda actitud publicitaria.
A mi el que Pierre Dukan haya propuesto introducir en el bachillerato una asignatura en el que se explique todos los temas nutricionales a los alumnos y las consecuencias de los excesos para intentar luchar contra la obesidad me parece tan bueno y necesario como las clases de educación sexual.
Pero al igual que hay padres a quienes este tipo de asignaturas no parecen gustarles, hay a quien esta opción no parece procedente, como tampoco están de acuerdo en que la gente haga dieta por su cuenta sin la supervisión de un especialista, sólo por seguir al pie de la letra, y nunca mejor dicho, el libro de la Dieta Dukan.
Al hilo de esta historia me ha venido a la mente el libro “El secreto de la industria farmacéutica” escrito por el Dr. Philippe Pignarre y publicado por Gedisa. Mediante este libro, Pignarre plantó cara a la poderosa industria farmacéutica haciendo públicas las estrategias que utilizan estas empresas para seguir siendo uno de los sectores más rentables. Su trabajo en una de estas empresas le permitió conocer de cerca todos sus secretos.
En el 2008 tuve ocasión de entrevistar personalmente al Dr. Philippe Pignarre y por las cosas que me contó, me di cuenta de que la sombra de las farmacéuticas es muy alargada, y que al haberse visto afectados a la hora de vender sus pastillas adelgazantes, pueden haber ejercido presión en el Colegio de Médicos, pues estas grandes empresas farmacéuticas son las únicas que tienen presupuesto para poder seguir investigando enfermedades y nuevos fármacos.
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