Sí hacemos un símil deportivo podemos decir que estamos hablando del producto revelación de la temporada. Gracias al descubrimiento de sus excelentes propiedades regeneradoras podemos decir que este aceite es ya todo un "básico" para el cuidado de nuestra piel. ¿Quién no ha oido hablar de él?.
La Rosa Mosqueta es un arbusto silvestre de ramas delgadas y de flores blancas y rosadas. Se encuentra en algunas zonas de la Patagonia, de Chile y de Perú. Por su elevada concentración en ácidos esenciales (linoleico, linolénico, oleico y palmítico) se ha revelado como uno de los más potentes regeneradores de la piel, con multitud de propiedades y usos de los que hablaremos a continuación.
Sus aplicaciones más comunes son para el tratamiento de cicatrices, manchas, y la prevención y reducción de estrías de reciente aparición. Pero también puede utilizarse con igual éxito en el cutis para el contorno de ojos, para atenuar líneas de expresión, para manos o pies agrietados, como regenerador de la piel después de tomar el sol, o incluso como after shave para después del afeitado consiguiendo dejar la piel suave y sin irritaciones.
Lo podemos encontrar en cremas, lociones, incluso en infusiones, pero te recomiendo el aceite en estado puro al 100%. Es el más concentrado pero también el más efectivo. Una manera fácil de diferenciarlo del refinado es por su olor. El aceite puro de rosa mosqueta tiene un ligero olor a pescado que es lo que menos me gusta de este aceite, mientras que el refinado no tiene olor.
Para su aplicación os recomiendo aplicar dos o tres gotitas del aceite a tu crema hidratante antes de su uso y así potenciar el efecto de esta. Además recuerda que estamos hablando de aceite puro y no todas las pieles lo toleran por igual si lo aplicamos directamente al rostro.
Sus efectos positivos se empezarán a notar más o menos a partir de la cuarta o quinta semana de aplicación continuada, por lo que no esperes resultados inmediatos. Ah, y su precio no es barato precisamente, unos 12 euros en envase de 30 ml.