Como todos los años llega otoño, las hojas caen de los árboles y nuestro pelo parece tener ganas de abandonarnos también ¿Deberíamos preocuparnos? En principio no, ya que nuestro cabello solo está respondiendo al ciclo de la vida capilar y conocer cómo se desarrolla es la mejor forma de quedarnos tranquilas.
Lo primero a tener en cuenta es que no estamos en un proceso de pérdida, sino de renovación. Tal como explican en la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) de cada 100 pelos que tenemos, entre un 12 y un 15% están en fase de recambio y simplemente nos encontramos en una de esas épocas en las que se acentúa más.
Si habéis tenido mascota podéis haceros rápidamente una idea de lo que ocurre recordando su última muda de pelo, aunque la nuestra no es tan exagerada, en algo todavía nos parecemos.
Los daños externos que sufre nuestra melena en la época estival (sol, calor, cloro etc.) también influyen en que en septiembre la caída sea más evidente, pero eso no impide que el cabello vuelva a nacer, siguiendo sus pasos habituales.
Las etapas del cabello
El ciclo de vida capilar tiene tres fases: la anágena (de crecimiento) que dura entre dos y seis años, la catágena (de transición) en la que el cabello acaba por desprenderse de la raíz y la telógena (caída) en la que el pelo acaba dejando sitio al nuevo que se está formando.
Desde que el pelo muere hasta que finalmente cae pasan unos tres meses, así que en realidad el que estamos perdiendo ahora ya estaba muerto antes de que empezara el verano.
Siempre podemos mejorar su aspecto gracias a una buena alimentación, levadura de cerveza, champús y cremas específicos y evitando el abuso de planchas y secadores, pero nada de eso va a impedir que el ciclo de vida capilar siga su curso. Dentro de unos meses gran parte de ese cabello perdido volverá a aparecer, tanto si intentamos hacer algo al respecto como si no.
Tampoco sirve de nada dejar de lavarlo o cepillarlo igual que siempre. El pelo que se va fácilmente es porque ya está en fase de renovación (desprendiéndose de la raíz), y acabará cayendo tarde o temprano.
Factores a considerar
Este proceso de recambio es constante y aleatorio, por lo que la pérdida se reparte por toda la cabeza. En caso de notar que perdemos pelo en zonas localizadas sí que es aconsejable acudir a un dermatólogo para que nos indique las causas y qué debemos hacer.
También hay que tener en cuenta que conforme pasan los años la producción de queratina disminuye y el fóculo piloso ya no es tan resistente, por lo que es normal que con el tiempo notemos que se nos cae más el pelo o que ya no es tan abundante como antes, algo que también puede ocurrir durante el embarazo o si pasamos por épocas de estrés.
Un buen corte no va a impedir que el cabello caiga, solo que los pelos perdidos se vean menos. Aun así sanear las puntas o escalarlo para dar volumen siempre nos puede servir de ayuda para volver a presumir de melena.
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