¿Estás segura de lo que vamos a hacer?
Esa fue la frase que escuché a las 9 de la mañana un sábado. No, no iba a cometer ningún crimen ni iba a asaltar un banco, tan sólo iba a empezar un proceso que va a durar meses (estoy en medio de éste) y que acabará con dos tatuajes que tengo en la piel. ¿La razón? No hay arrepentimiento por medio, la causa es más sencilla: no están bien hechos y quiero acabar con ellos a sabiendas que uno de ellos me lo voy a volver a hacer.
La típica frase de a que no te atreves a... hizo que llevara a cabo estas dos locuras que han estado grabadas por más de ocho años. Pero al fin me deicidí a borrarlas y el proceso lo estoy documentando a través de distintas imágenes. Y aquí va la evolución de mi primera sesión láser.
17 octubre
El 17 de octubre fue el día en que no dudé acercarme hasta Moe's Tattoo (Sant Cugat) y acabar con ellos. Me avisaron que iba a doler, pero lo cierto es que una jamás puede imaginarse de qué grado habla la gente. Me considero una persona fuerte que aguanta bastante bien el dolor, pero nadie me había preparado para una corta sesión que no duró más de 10 minutos en total pero que pareció ser una eternidad. El ruido, los espasmos en la muñeca y un fuerte hinchazón hicieron que la próxima vez que quiera pasar por un tatuador me lo piense detenidamente y no sea fruto de una apuesta.
Una hora más atrde de pasar por el láser los tatuajes lucían hinchados, con pequeñas ampollas y con un intenso color rojo alrededor de la tinta. Pero los resultado (a mi parecer) fueron inmediatos: el tatuaje más grande se veía borroso y era imposible leer lo que ponía (There's no place like home).
25 octubre
Casi 10 días más tarde de pasar por la sesión, el intenso color rojo ya no es tan intenso pero sigue estando presente. Debo reconocer que las muñecas me duelen, y cada vez que toco los tatuajes me da la sensación de tener dos morados en la piel. Poco a poco voy apreciando como las líneas se han afinado y, por ejemplo, el punto central del tatuaje pequeño ha disminuido considerablemente.
En algunos puntos de las L's la línea se ha reducido mucho, haciendo que el tatuaje empiece a lucir a trozos.
8 noviembre
El tatuaje empieza a sanar y la piel se reseca haciendo que la ampolla se haya reducido y secado considerablemente. La tinta negra pasa a ser gris y el asombroso cambio hace pensar que en un par de sesiones más habrá desaparecido por completo.
26 noviembre
ha pasado un mes y medio (aproximadamente) y los resultados no pueden ser más alucinantes: con una sola sesión el tatuaje pequeño se ha quedado borroso, mientras que el grande le cuesta más de bajar. Aún así aprecio como las líneas se han ido reduciendo y me dan a pensar que en la próxima sesión veré un cambio mucho más palpable.
¿La próxima sesión? La semana que viene... ¡Ganas de ver los resultados y mostrarlos!
Fotos | Trendencias Belleza
Más información | Moe's Tatto
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