Prisas,trabajo,el largo puente..., de nuevo está aquí, y de nuevo sin apenas darme cuenta: Nochebuena. Se impone una actitud positiva cuando en la mayoría de los casos estamos inmersos en problemas, falta de tiempo, malos humores y ese pequeño caos que constituye el día a día.
Ante este ritmo frenético nos quedan 2 opciones: dejar pasar otra Navidad sin pena ni gloria o disfrutar a tope de unos días en familia, amigos, viajar, vivir experiencias y ser plenamente conscientes del significado que tienen estas fiestas. Si este año te sientes tentada a vivir bajo las premisas de la segunda opción, comparto contigo algunas claves para vivir la esencia de la Navidad, sé que puedes hacerlo: disfrutar, sentirte feliz y hasta reír mucho…
Deberías probarlo
La primera norma para no tener una lucha interna ni contrapartidas es comer con mesura, saber medir, no olvides que hay un después, y "perder la cordura" ahora puede costarte un tiempo de dieta luego. Dicho esto, ¡disfruta! Sólo hay que dosificar y no pasarse, pero nunca dejar pasar las delicias que ofrece esta época del año.
Cumplir lo anterior, será más fácil si sustituyes alguno de los alimentos más calóricos por equivalentes en sabores y sensaciones. Añade canela a tus infusiones o prueba las ediciones que muchas de ellas ofrecen por Navidad, recuerda, por ejemplo, lo ricas que son las manzanas asadas, dulces deliciosos con sabor a invierno que nada tiene que envidiar a un mazapán o un pastel.
Diviértete, no desaproveches cualquier momento que surja para pasarlo bien y reír, sentir el calor de la amistad y compartir momentos para recordar.
Atiende a tu interior, la clave de estas fechas es celebrar el sentido de muchos valores, si pasan sin pena ni gloria en este sentido, puede que un día te pese. Aprovecha y date un parón para reflexionar, pensar, crear una intención y valorar.
Emplea tus días de fiesta para relajarte de verdad, tomando conciencia de ello. Cuida tu equilibrio interno y físico, practica estiramientos, mindfulness, disfruta de la música..., vuélvete un poco mística, resetéate y serénate. Carga las pilas, si tu estado de ánimo no es el más idóneo, es un buen momento para redirigirlo.
Disfruta de todo lo bueno que te ofrece el invierno. Si tienes ocasión de estar junto a una chimenea, valora y observa el fuego, reconoce los aromas de la estación, el calor del hogar, ver una película, leer un libro, la sensación de una bebida caliente.
Aprovecha la compañía y el valor de la familia, los amigos y el espíritu de unión que predica la Navidad. Sería precioso vivir siempre con una actitud positiva apreciando y valorando los momentos, la oportunidad de tener a la gente que nos quiere y rodea.
Observa, absorbe, empápate de todo lo que estas fechas ofrece: olores, estampas, colores, adornos, escenarios, exposiciones..., de su esencia. Intenta mantener un tono cordial con todo lo que trae la Navidad.
Cuídate, disfruta de algún tratamiento en casa, de baños relajantes, un perfumes, una mascarilla, hidrata tu cabello, hazte una bonita manicura. Sentirse mimada y guapa regala un excelente humor.
La Navidad es un alto en el camino, en el que todo lo externo se dirige a transmitir buenas y esperanzadoras sensaciones. Cada vez soy más receptiva al mensaje, me hace pensar en mi camino, en reconocer los buenos momentos y aspectos que a diario no percibo. Tú también puedes hacerlo: calibra, sopesa, porque seguro que tienes más de un motivo para sonreír y disfrutar estas Fiestas.
Imágenes | 1# Pixabay, 2# Pixabay
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