¿Os habéis preguntado alguna vez de dónde salió el protector solar y a razón de qué? Los y las lectores que visitéis el blog Genciencia, ya habéis leído sobre este invento que hoy día nos parece de lo más cotidiano. La historia se remonta a la Segunda Guerra Mundial.
Mira por donde puede que sea la única cosa positiva de una guerra ubicada en el Pacífico. Ahí el sol era muy fuerte para los soldados extranjeros y se pensó en algun producto que los protegiera cuando no había posibilidad de sombra, trabajando en las cubiertas de los portaviones por ejemplo.
El aceite de parafina rojo parecía el más efectivo. Este aceite se obtiene del petróleo una vez separada la gasolina y otros refinados: como resultado da un producto inerte que cierra el paso a los rayos ultravioleta del sol. ¡Bingo! Se les daba como equipaje este aceite rojo a los aviadores estadounidenses por si caían en terreno enemigo.
Más tarde y una vez terminada la guerra, se puso de moda el bronceado por casualidad. La piel morena se puso de moda a partir del 1920, cuando Coco Chanel se quemó la piel estando de vacaciones. El color tostado que le quedó gustó mucho y la piel blanca de la alta sociedad cayó en desgracia.
Ya no sólo los campesinos y gente trabajadora a la intemperie iban a necesitar un protector/bronceador solar. A Benjamín Green se le encendió la bombilla de las ideas, como a Vicky el Vikingo en sus momentos más inspirados. Fué uno de los responsables de conseguir la protección solar para las tropas durante la guerra y pensó (muy bien pensado) que podría comercializarse.
Su loción cremosa y blanca, aromatizada con jazmín y con propiedades protectoras fue todo un éxito. Le puso el nombre de Coppertone.
Vía | Genciencia, Youthradio En Arrebatadora | El bronceado en Arrebatadora