Las pieles sensibles lo pasan mal con los cambios de temperatura, el frío, el calor, un ambiente seco. El problema de la verdadera piel sensible en cosmética (que no alérgica) se debe a un defecto de calidad del manto hidrolipídico.
Esa mezcla de lípidos y sudor es la protección natural de nuestra piel. Os lo expliqué con dibujos en este post. Con esa especie de socavones en la piel, esos defectos que hacen que la protección natural sea menos efectiva, la deshidratación es mayor.
El viento y el frío pero también la temperatura de los lugares con calefacción provocan problemas de pérdida de hidratación, más acusado que en los demás tipos de piel. La consecuencia la habéis adivinado ya: sequedad, tirantez, arrugas de deshidratación, incluso arrugas más profundas si no se pone remedio.
Beber agua y aplicar cosmética específica es imprescindible para recuperar o mantener el confort de esta delicada piel. Por eso se la llama también piel frágil, muchos agentes externos (añadid la contaminación, los rayos solares) la afectan más y más rápido.
¿Qué define la cosmética para pieles sensibles? Las fórmulas contienen principios activos de gran poder de hidratación, con propiedades calmantes y anti-inflamatorias, lípidos para paliar esa falta genética y, sobretodo, que aumenten la resistencia de la piel. Este refuerzo y la acción calmante es lo que la piel sensible pide a gritos cuando hace frío.
Foto | Jon Díez Supat En Trendencias Belleza | ¿Porqué la piel seca suele estar deshidratada? En Trendencias Hombre | Piel masculina seca o sensible: con qué retirar la leche limpiadora
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