La valoración de la profesionalidad de las dependientas que trabajan en perfumería es en general muy baja. Se ha vuelto a abrir un debate en comentarios sobre si fiarse de ellas o no.
Más concretamente, hablamos de las vendedoras de cosmética y maquillaje. Una década o dos atrás, las dependientas de una perfumería estaban valoradas primero por su experiencia, luego por su buena presencia. Se formaban asistiendo a cursos de formación de todas las marcas que podían y su contrato de más de seis meses les permitía seguir formándose para adquirir esa experiencia tan necesaria.
Hoy día, las caras de las dependientas de nuestras perfumerías habituales van cambiando tan a menudo que la labor se hace casi imposible. En los cursos de formación asiste poca gente. Pocas son las veteranas a las que puedes acudir con confianza con tus dudas sobre cosmética. Estoy totalmente de acuerdo con nuestra lectora thebitch cuando afirma que deberían pasar por un curso básico de aprendizaje antes de empezar a vender.
El problema está en el tipo de contrato que ofrecen a estas dependientas. Poco a poco, sea por la crisis (como bien dice ladyin) o por una mala gestión de personal por parte de las fejes, se contrata por un sueldo muy mínimo a mujeres muy jóvenes sin experiencia, ni en cosmética ni en trato al cliente. Eso sí, muy buena presencia: eso que no falte. Y el resto ya llegará con la comisión por ventas, de ahí que haya campañas mentales de una marca en concreto.
Por otra parte, la cantidad extravagante de información que hay que poseer hoy día para complacer a todo tipo de clientas es brutal. ¡Ni la selectividad, vamos! Actualmente no se trata solamente de conocimientos de la piel sino de las fórmulas, de alergenos, de siliconas, de parabenes, ... El temario es mucho más extenso y difícil. Y, para ser honestos con ambos bandos, algunas clientas saben “de todo”, de lo que saben y de lo que hablan sin saber.
Este sector de comercio vende un montón de millones anuales, hay perfumerías y cadenas de perfumerías por todas partes. Señores, si quieren buenas profesionales de la venta de cosmética, maquillaje y perfumería, y conservarlas, hay que valorarlas. Y no solamente en tiendas premium y niche. El oficio de dependienta es como la de secretaria: curras mucho, nadie te valora y cuando te vas te sustituyen por dos de personal.
Foto | Mr.Tea
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