El té blanco

El té blanco es un ingrediente cosmético que proviene de hojas de té nuevas y de capullos sin abrir de la planta. Es muy rico en antioxidantes, de ahí su aplicación cosmética, que ayudan, como ya sabemos, a luchar contra los radicales libres y los signos de la edad. Además iguala la piel de imperfecciones y fomenta la renovación de las células.

En realidad el té blanco es de color verde, sólo que más pálido que el té verde, y al probarlo es más dulce y menos fuerte al paladar. Algunas personas tienen la concepción errónea de que el té blanco es un té normal que ha sido blanqueado, pero no es cierto, ya que durante el proceso no se pierde ni un solo nutriente. La única diferencia es que el nivel de cafeína es menor que en el té regular debido a que esta sustancia se desarrolla en hojas de té que han llegado a su maduración.

Numerosas marcas cosméticas lo han introducido ya en sus productos: Origins tiene una gama completa (a mí me encanta el tónico); Bulgari vende un perfume al té blanco; Korres ofrece un limpiador en forma de gel con este ingrediente y L'Occitane tiene también una gama recientemente introducida en el mercado, incluida una colonia y un jabón con su correspondiente jabonera.

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