Como ya sabréis apenas quedan dos semanas para que se celebre una de las bodas reales más importantes de los últimos tiempos: la Boda del Príncipe Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton
En Arrebatadora por supuesto que vamos a estar comentándote todos los detalles y looks del evento, pero para ir abriendo boca vamos a repasar estos días previos algunas de las bodas reales más espectaculares en las últimas décadas.
Este pequeño especial lo vamos a comenzar repasando dos de las dos bodas más importantes de la década de los 50 y 60, por un lado el enlace entre el por aquel entonces príncipe Juan Carlos y doña Sofía de Grecia y por otro lado la ceremonia de Raniero de Mónaco y Grace Kelly, sin duda dos bodas que pasarán a la historia.
Boda entre el príncipe Juan Carlos y Sofía de Grecia(1962)
Evidentemente esta es una ceremonia que no podíamos dejar pasar por alto, especialmente por todo lo que representó años más tarde. La boda real entre los que serían futuros Reyes de España se celebró el 14 de Mayo de 1962, y curiosamente no tuvo lugar en España sino en Grecia, país natal de doña Sofía.
Destaca principalmente el vestido de encaje que llevaba doña Sofía, con un largo velo también de encaje que llegaría desde su cabeza hasta el suelo. Como detalle merece mención especial la tiara de diamantes, de estilo helénico y que sería utilizada unos cuantos años más tarde por doña Letizia en su boda con el príncipe Felipe.
El peinado mostrado por Sofía de Grecia fue un recogido bastante tipico para la época, donde los laterales del rostro aparecen ligeramente cubiertos por el cabello y la frente totalmente despejada.
El maquillaje bastante típico también para una ceremonia de estas características, muy sutil, casi imperceptible, donde solo destaca un ligero rubor en los pómulos de doña Sofía con ausencia total de color en labios.
Boda entre el príncipe Raniero de Mónaco y Grace Kelly (1956)
A finales de los 50 tuvo lugar sin duda una de las bodas más mediáticas del siglo XX, en donde estaban como protagonistas el príncipe Raniero de Mónaco y a una espectacular Grace Kelly, que desde ese momento pasaría a llamarse Gracia de Mónaco.
El vestido que llevó la hasta entonces actriz fue sin duda de lo más comentado y también por qué no decirlo, de los más bonitos en cuanto a bodas reales se refiere en los últimos tiempos: de cuello alto y manga larga, una parte superior bastante ceñida con un encaje francés y amplia falda. Un conjunto diseñado por Helen Rose, encargada de los diseños en la Metro Goldwin Mayer.
En cuanto al maquillaje podemos ver como la princesa optó por algo de color en sus labios en un tono granate, mientras que el rostro quedó empolvado y con un ligero toque de rubor en los pómulos.
Para el peinado optó por un elegante recogido, y es que no hay que olvidar que su sofisticado moño que ocuparía gran parte posterior de la cabeza dió lugar al denominado moño Grace Kelly, que junto con el velo de encaje y el vestido con el que se presentó en la ceremonia le valieron para ganarse el título de la princesa más bella de los últimos tiempos.
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