Compartir entrenamientos con nuestra pareja puede ser una de las mejores maneras de sentirnos motivadas para mantenernos en forma: además de pasar un rato divertido, también fomentaremos el trabajo en equipo, la confianza y compartiremos tiempo de calidad con esa persona especial.
A continuación os dejamos algunas ideas de rutina de entrenamiento de diferentes tipos (entrenamientos con el peso corporal, yoga, entrenamiento en el gimnasio) de las que podéis tomar ideas para organizar un entrenamiento en pareja el día de San Valentín. ¡Lo más importante es disfrutar y pasárnoslo bien!
Si eres toda una yogui
Si lo que te gusta es el Yoga y tu pareja aun no se ha decidido a probarlo, esta puede ser una gran oportunidad para que se inicie en el mundo de las asanas y la meditación. El primer paso siempre será explicar un poquito qué es lo que vais a hacer y qué es lo que va a experimentar la primera vez que se siente sobre un mat: es importante compartir estas experiencias para que no llegue en blanco a la primera sesión.
Una posibilidad es que probéis los dos juntos un tipo de Yoga completamente nuevo para ambos: si tú ya practicas Vinyasa Yoga, por ejemplo, podéis entrar juntos a una sesión de Kundalini Yoga que, aunque basado en los mismos principios, su práctica es muy diferente. De este modo podréis disfrutar los dos de algo nuevo.
Si sois una pareja atrevida, podéis probar el Acroyoga: esta es una variante del Yoga tradicional en el que las asanas se realizan entre dos personas, y se mezclan elementos de acrobacias y equilibrios. Una forma genial de sentiros compenetrados mientras hacéis deporte.
Si lo vuestro es quemar kilómetros
Cada día son más los runners que anima a sus parejas a sumarse a esta fiebre por correr, y terminan cruzando juntos la línea de meta de muchas carreras. Tener a tu pareja como compañero de entrenamiento de running es una gran ventaja, ya que nunca volverás a correr sola si no quieres.
Un tipo de entrenamiento muy divertido que podéis hacer en pareja es el fartlek: consiste en hacer cambios de ritmo combinando velocidades más altas y otras más bajas para recuperar, pero sin establecer un ritmo concreto. Un caso práctico: estás corriendo por el parque y dices "voy a correr hasta la segunda farola a tope de intensidad", y después recuperas trotando el tiempo que sea necesario, claro.
Este tipo de entrenamiento es agotador y muy efectivo a la hora de mejorar en velocidad. Y veréis lo tremendamente fácil que es picarse y aumentar tu ritmo cuando lo haces con un compañero de entrenamiento: mucho más divertido que entrenar solo, sin lugar a dudas.
Si a los dos os gusta entrenar en el gimnasio
Si tanto tu pareja como tú sois de los que preferís entrenar en el gimnasio, tenéis la enorme suerte de contar con la ventaja de la motivación mutua, algo que le hace falta a mucha gente: el día que a uno no le apetezca ir a entrenar seguro que el otro es capaz de animarle a pasar por el gimnasio.
Para un entrenamiento especial en pareja os proponemos un circuito full-body que podáis completar los dos, cada uno en su nivel. Con ejercicios básicos, ya sea con nuestro propio peso corporal o con las barras y discos, como las sentadillas, el remo, el press de banca o las flexiones y un poco de trabajo abdominal con el plank, conseguiréis un entrenamiento completo y ameno.
Si lo organizáis como un circuito (un ejercicio detrás de otro sin hacer descanso entre ellos, y con varias rondas completas) podéis planificarlo de dos maneras: por un lado podéis establecer un tope de tiempo y ver quién es capaz de dar más vueltas al circuito, o bien podéis establecer un número concreto de rondas y ver quién de los dos lo termina antes. Un poco de competitividad sana también refuerza a la pareja.
Sobre todo recordad que el objetivo es disfrutar de vuestra relación también en vuestro tiempo de ocio, ¡feliz San Valentín, deportistas!
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