Después de teñirse el pelo, éste se encuentra siempre dañado y con difícil recuperación. Si el cambio es a más oscuro se nota en la calidad del cabello, pero como lo aclares no vuelve a ser el mismo. Esto ocurre porque el producto requiere ingredientes químicos que lo dañan, lo secan y lo debilitan. A más cambios, mayor es el daño. Incluso con tintes sin amoniaco, que reducen el daño pero no se fijan como los tintes clásicos.
Un grupo de investigación de la Universidad de Northwestern ha descubierto una alternativa que no estropea el cabello en absoluto, lo cual supone el comienzo de una nueva era en cuanto a tintes capilares. Se basa en un material natural, el grafeno, que según sus estudios puede servir como agente pigmentador. Su experimento es asombroso: toman un pelo rubio y le aplican spray de grafeno con agua. Tras cepillarlo y secarlo tenemos como resultado un cabello negro como el carbón.
Según el director de la investigación, este color no penetra en los mechones de pelo sino que los cubre y dura más de 30 lavados, lo que lo convierte en un tinte semi-permanente mejor que los que tenemos en el mercado. Pero no solo son buenas noticias desde el punto de vista del color. Además, este ingrediente no tóxico evita la electricidad estática, es antibacteriano y regula el calor del cabello. Así, no solo tiñe la melena, también la mima.
Por supuesto, hay una pega. Si no sería demasiado perfecto todo y el mercado del tinte químico se vería arruinado en cuestión de días. Por el momento, el tinte de grafeno solo logra el color que hemos visto en la demostración. Es decir, de tono claro a negro absoluto. Así que habrá que esperar aún un poco hasta que el equipo desarrolle otras tonalidades con las que llenar nuestras melenas sin sufrir, pero esto es todo un adelanto en el universo del tinte.
Fotos | Pixabay, Northwestern University.
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