Os contamos todas las razones para escoger con seguridad el mejor tinte de pelo
Hoy nos hemos levantado con ganas de tirar abajo uno de los mitos capilares más extendidos que hay, el de los tintes con amoníaco. Que si puede provocar irritaciones, que si seca y estropea el pelo. Ojo, porque la alternativa sin amoníaco puede ser peor y os contamos todas las razones para escoger con seguridad.
Tinte con amoníaco o sin amoníaco: cuál es mejor
Llevamos años escuchando decir que los tintes sin amoníaco son la alternativa "segura" y que respeta más nuestra melena. Pero esa afirmación no es del todo cierta. El amoníaco es necesario para abrir la cutícula y que el color penetre en el cabello.
El experto peluquero Juan Diego Teo lo considera "la mejor opción para una cobertura intensa, como cubrir canas por completo o aclarar el cabello". De hecho, él mismo afirma que este ingrediente "en realidad no es dañino si se usa correctamente".
Los tintes sin amoníaco lo reemplazan con monoetanolamina. Este compuesto "es ideal para matizar rubios o aportar tonalidades ligeras" afirma Juan Diego Teo. Sin embargo, "es menos eficiente, por lo que hay que compensar con mayor cantidad" y termina rompiendo la fibra capilar.
Está claro que ambos dañan la hebra del pelo, porque hace falta abrirla en canal para que el tinte penetre y el nuevo color dure más tiempo. Son corrosivos, así que el pelo va a sufrir uses el tinte que uses. Sin embargo, varios estudios científicos han demostrado que la monoetanolamina causa más daños a largo plazo.
B y C son fibras capilares con amoníaco, D y E con monoetanolamina. Podemos ver y bien de cerca como las cutículas quedan desechas y más dañadas. Así pues, los tintes con amoníaco dañan menos el pelo, a pesar de que huelan mucho más fuerte.
Excepciones en los que el tinte sin amoníaco es mejor
Por supuesto, hay excepciones en las que el tinte con amoníaco no es recomendable. Si te causa alergias en el cuero cabelludo, picor, rojeces o quemaduras, mejor apostar por una opción libre de este ingrediente. Sin embargo, los expertos indican que estas reacciones no suelen ser culpa del amoníaco, sino de otros ingredientes de los tintes, como la parafenilendiamina.
Lo que sí puede hacer el amoníaco es irritar un poco el cuero cabelludo sensible o reactivo, agravando una alergia ya existente. Por eso, es recomendable hacer una prueba en la muñeca 48 horas antes de aplicar el tinte y, en caso de alergia, consultar a un dermatólogo y usar tinte sin amoníaco.
Tampoco es recomendable su uso en personas asmáticas con sensibilidad a olores fuertes. El amoníaco es un compuesto volátil que desprende vapores con un aroma penetrante. Los estudios indican que este tipo de perfumes pueden irritar las vías respiratorias, especialmente si ya hay problemas previos como rinitis o asma.
En definitiva, que no os creáis todo lo que se cuenta en redes sociales. Los tintes con amoníaco han sido muy demonizados, pero permiten que el color penetre más, dure más tiempo y la cutícula se daña menos. Por eso, en general siguen siendo la opción más efectiva y duradera en la búsqueda de un color perfecto, salvo condiciones individuales de salud.
Fotos | @anisasojka, National Library of Medicine, @emitaz.
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